Hoy más que nunca:
Dar la lucha en contra de la reforma
del Estado.
Este título
deviene de la necesidad urgente de poner a los trabajadores estatales en pie de
lucha en contra de una reforma del Estado, que en muchos puntos perjudica a las
futuras generaciones de funcionarios que cumplirán tareas en organismos del
Estado, pero no tendrán jurídicamente el status de funcionarios públicos, y se
verán perjudicados en las condiciones contractuales y la seguridad laboral.
A pesar de que
el gobierno dio marcha atrás en cuanto al aumento de las cargas horarias en la administración
central y al tema de los feriados, no hubo acuerdo con los trabajadores en
cuanto a los contratos precarios, a la definición de funcionarios públicos
aceptando como tales en el proyecto de ley enviado al parlamento solamente a
los hoy ya presupuestados.
No solamente
la seguridad laboral se pierde aceptando los contratos a término, también
quedan por el camino las carreras administrativas, y el escalafón de conducción
lleva a que solamente personal de confianza política tenga acceso al mismo y
sin necesidad de concurso. Entonces, la carrera queda topeada en grados
intermedios, sin posibilidad de tener acceso a los grados de mayor
responsabilidad y por supuesto de mayor salario.
También los
estatales estamos enfrentando en estos momentos al Gobierno, en su ofensiva
reaccionaria que implican las reestructuras de cada inciso. Ya en la rendición
de cuentas que está en la Cámara de Senadores existen artículos que incluyen
capítulos de la reforma del Estado y las reestructuras de los diferentes
organismos.
El tema de que
cualquier superior inmediato pueda sancionar a trabajadores hasta determinado
lapso lleva a una mayor inseguridad en el trabajo también.
Existen en las
propias dirigencias de los trabajadores, quienes no llevan el enfrentamiento
con el gobierno por estos temas, que son grandes conquistas de los trabajadores
y que costaron sangre sudor y lágrimas a generaciones enteras de trabajadores
para lograr lo que hoy tenemos y estamos a punto de perder, si se aprueba la
reforma del estado; y las reestructuras que son necesarias en muchos casos no
son discutidas por la masa de trabajadores que involucran estos cambios.
La confusión
que se ha generado en cuanto a la caracterización del gobierno del frente
amplio, que los oportunistas lo toman como popular, otros como gobierno poli
clasista en disputa y que para nosotros tiene una política netamente neoliberal
y continuista de los gobiernos anteriores, generando mayor dependencia y
perjudicando los intereses de la clase trabajadora y el pueblo en todos los
terrenos, favoreciendo al capital extranjero, las privatizaciones, la
especulación y la extranjerización de la tierra, además del descuido de los
recursos naturales en aras de la minería a cielo abierto y el complejo forestal
celulósico y las plantaciones de soja transgénica en grandes extensiones de
tierra fértil, ha tenido como consecuencia la desmovilización de grandes masas
de trabajadores.
Hoy podemos
decir que se moviliza de todas maneras un casco militante que fluctúa en
cantidad de participantes según los intereses que se defienden y según los
gremios.
Hoy lo que
necesitamos es dar la pelea por la construcción de un país soberano de los
trabajadores y el pueblo, concepto éste que abarca a los obreros en primer
término en alianza con los productores pequeños y medianos de la ciudad y el
campo, a los estudiantes hijos de los trabajadores, a los docentes e
intelectuales que defienden la lucha antiimperialista, a los jubilados, etc.
Todos aquellos que tengan consecuencia contra el imperialismo y la oligarquía
criolla ligada al mismo.
Sin duda
alguna, esto se irá logrando en la medida en que se conformen agrupaciones
clasistas fuertes en los gremios, que defiendan y practiquen la independencia de
clase y mediante la lucha volvamos a defender el salario y las condiciones de
trabajo y lograr mayores conquistas en el futuro.
Jorge Pérez.