miércoles, 3 de octubre de 2012



Hoy más que nunca:
Dar la lucha en contra de la reforma del Estado.
Este título deviene de la necesidad urgente de poner a los trabajadores estatales en pie de lucha en contra de una reforma del Estado, que en muchos puntos perjudica a las futuras generaciones de funcionarios que cumplirán tareas en organismos del Estado, pero no tendrán jurídicamente el status de funcionarios públicos, y se verán perjudicados en las condiciones contractuales y la seguridad laboral.
A pesar de que el gobierno dio marcha atrás en cuanto al aumento de  las cargas horarias en la administración central y al tema de los feriados, no hubo acuerdo con los trabajadores en cuanto a los contratos precarios, a la definición de funcionarios públicos aceptando como tales en el proyecto de ley enviado al parlamento solamente a los hoy ya presupuestados.
No solamente la seguridad laboral se pierde aceptando los contratos a término, también quedan por el camino las carreras administrativas, y el escalafón de conducción lleva a que solamente personal de confianza política tenga acceso al mismo y sin necesidad de concurso. Entonces, la carrera queda topeada en grados intermedios, sin posibilidad de tener acceso a los grados de mayor responsabilidad y por supuesto de mayor salario.
También los estatales estamos enfrentando en estos momentos al Gobierno, en su ofensiva reaccionaria que implican las reestructuras de cada inciso. Ya en la rendición de cuentas que está en la Cámara de Senadores existen artículos que incluyen capítulos de la reforma del Estado y las reestructuras de los diferentes organismos.
El tema de que cualquier superior inmediato pueda sancionar a trabajadores hasta determinado lapso lleva a una mayor inseguridad en el trabajo también.
Existen en las propias dirigencias de los trabajadores, quienes no llevan el enfrentamiento con el gobierno por estos temas, que son grandes conquistas de los trabajadores y que costaron sangre sudor y lágrimas a generaciones enteras de trabajadores para lograr lo que hoy tenemos y estamos a punto de perder, si se aprueba la reforma del estado; y las reestructuras que son necesarias en muchos casos no son discutidas por la masa de trabajadores que involucran estos cambios.
La confusión que se ha generado en cuanto a la caracterización del gobierno del frente amplio, que los oportunistas lo toman como popular, otros como gobierno poli clasista en disputa y que para nosotros tiene una política netamente neoliberal y continuista de los gobiernos anteriores, generando mayor dependencia y perjudicando los intereses de la clase trabajadora y el pueblo en todos los terrenos, favoreciendo al capital extranjero, las privatizaciones, la especulación y la extranjerización de la tierra, además del descuido de los recursos naturales en aras de la minería a cielo abierto y el complejo forestal celulósico y las plantaciones de soja transgénica en grandes extensiones de tierra fértil, ha tenido como consecuencia la desmovilización de grandes masas de trabajadores.
Hoy podemos decir que se moviliza de todas maneras un casco militante que fluctúa en cantidad de participantes según los intereses que se defienden y según los gremios.
Hoy lo que necesitamos es dar la pelea por la construcción de un país soberano de los trabajadores y el pueblo, concepto éste que abarca a los obreros en primer término en alianza con los productores pequeños y medianos de la ciudad y el campo, a los estudiantes hijos de los trabajadores, a los docentes e intelectuales que defienden la lucha antiimperialista, a los jubilados, etc. Todos aquellos que tengan consecuencia contra el imperialismo y la oligarquía criolla ligada al mismo.
Sin duda alguna, esto se irá logrando en la medida en que se conformen agrupaciones clasistas fuertes en los gremios, que defiendan y practiquen la independencia de clase y mediante la lucha volvamos a defender el salario y las condiciones de trabajo y lograr mayores conquistas en el futuro.
                                                                                                    

                                                                                                                                                   Jorge Pérez.