jueves, 27 de febrero de 2014

Adaptación o resistencia.


Adaptación a las cosas como están, o seguir la lucha por lo que consideramos justo. 
Todos sabemos que existen diferencias (se dirá, que más o menos profundas) en las concepciones que se tienen del mundo en que vivimos, entre distintas clases y culturas, entre distintas sociedades, según la experiencia histórica concreta de cada una de ellas, según el desarrollo de cada país como nación, y cómo se fundaron esas naciones en cada región del mundo. 
Estas diferencias existen también por supuesto, entre grupos y clases  en nuestro país con sus especificidades. Dentro de una misma  clase social, en nuestro caso la clase trabajadora, existen diferencias importantes en cuanto a que mundo queremos, que país queremos partiendo de una base material que tiene origen en el lugar que cada uno ocupa en las relaciones de producción y en los vínculos que se tienen y en los intereses que se generan a través de esos vínculos. Podemos hablar de la diferencia que existe entre la condición de clase, que es lo real en cada individuo en el aquí y ahora y la conciencia de clase, que es subjetivo de cada individuo y que se va formando en un proceso de interacción social, y se da en diferentes tiempos en cada sujeto. Esto lleva a obturar muchas veces las posibilidades de unificar corrientes de opinión en las agrupaciones sindicales o políticas, en una misma organización. Ahora: ¿es esto acaso malo o bueno?  Ni una cosa ni otra; estas dificultades son  un dato de la realidad, que ilustran en qué grado estamos a nivel de conciencia de clase. La experiencia concreta, la práctica, es lo que nos indica, en qué momentos y con quienes es posible o no, establecer una unidad de acción  y de proyectos, en lo político y en lo sindical en cada momento histórico. En el movimiento sindical específicamente, es un proceso que se desarrolla en base a la lucha interna permanente de la herramienta que es la organización de los trabajadores.La situación concreta determina las tareas que debemos asumir quienes tenemos intenciones de cambiar la realidad social profundamente. Así se va forjando el acero que llevará a la clase obrera y el pueblo a la victoria final. En nuestra sociedad burguesa de país dependiente, hasta tanto no se fortalezcan las fuerzas revolucionarias nucleadas en un partido que las guíe y las represente, habrá variedad de agrupamientos, con ideologías disimiles y diferentes caracterizaciones del momento actual, y por lo tanto tendremos ideas diferentes del carácter de la revolución a realizar, lo que va concatenado a los métodos de lucha. También existen militantes sindicales que no tienen otro objetivo que dirigir su sindicato y pelear de forma economicista por reivindicaciones concretas de sus gremios. Esto para nosotros es una lucha limitada, de cortas aspiraciones.
Consideramos que la concepción de unidad inclusive tiene sus relatividades, y hay campos en que es posible la unidad y campos en que no. Todo esto tiene que ver con la posición que cada uno, cada organización tiene en relación al poder y a la división de la sociedad en clases, y en la posición que se tiene en referencia a los países imperialistas y países oprimidos y de qué forma luchamos en defensa de nuestros intereses colectivos o de clase. Tiene que ver con la posición que se tiene en referencia a las clases dominantes, los dueños de la tierra y los medios de producción y cómo se da la lucha en defensa de los intereses de la clase trabajadora. Por supuesto con las condiciones materiales de vida, y cómo influye la cultura dominante y las colectividades politicas en los dirigentes del movimiento sindical.  No puede realizarse la unidad   por simple oportunismo o porque se viene un período electoral.  Se pueden mencionar grandes objetivos que  son comunes a todos,(que los hay) y a partir de allí hacer propuestas de unidad, y se puede decir que así se eleva la mira, y serán actos de grandeza en pos de los grandes objetivos que son los intereses de todos. Pero en realidad la unidad requiere de un programa común construido entre todos y que se debe cumplir, y una estrategia y una táctica en la acción que no depende de quién esté en el gobierno, sino de la lucha por los intereses de los trabajadores y la resistencia del poder para atender nuestras reivindicaciones, de la construcción de un país bajo otras reglas de convivencia que no son las actuales, y un sistema de producción y distribución de la riqueza, organizada y controlada por la clase trabajadora. En este plano no se vislumbra entre los trabajadores, un plan de lucha y una plataforma de acción de masas en contra de un sistema que nos oprime cada día más.  En el plano sindical, esto implica dar la lucha en serio por defender el salario, el pleno empleo y las condiciones de trabajo, así como la defensa sin claudicaciones de los bienes naturales de nuestro país, la defensa de la soberanía, sin vender la tierra a extranjeros y mucho menos a multinacionales organizadas en sociedades anónimas, crear fuentes de trabajo duraderas, defendiendo el trabajo y la producción nacional. La mejor forma de defender nuestra lucha por el no a la baja de la edad de imputabilidad penal a los adolescentes de nuestro país es dar un presupuesto digno para la Educación y la Salud Públicas y pleno empleo a los pobres, cosa que no está en los planes de la oligarquía de ningún país capitalista, sea éste dependiente o imperialista y tampoco lo vemos en este gobierno "progresista", que paga a rajatabla los intereses de la deuda externa, apuesta a las inversiones extranjeras directas, carga impositivamente a los trabajadores y da exenciones a los poderosos. Los grandes objetivos de los trabajadores no son luchar solamente contra las medidas reaccionarias del momento, sino  también por los grandes problemas del país, inclusive el tema de quien dictamina los salarios, el valor de la canasta familiar de un obrero, quien tiene el poder concreto y a quienes responden las medidas económicas y políticas que el gobierno decida tomar.
Estamos en un proceso, en el cual existen grandes temas en debate que son de interés en el seno del pueblo por los atravesamientos políticos que cada problema trae consigo. ¿Es esto totalmente malo? Consideramos que no, que pensado bajo la ideología del proletariado en forma dialéctica, esto tiene un lado muy bueno, y es la posibilidad de educar a las masas trabajadoras,  en la lucha en el seno de la propia clase, y en contra del enemigo común, las clases dominantes nativas que llamamos oligarquía, que domina la posesión de la tierra junto a extranjeros, y el imperialismo que hoy nos oprime mediante la invasión económica mediante la inversión en proyectos de gran porte que destruyen nuestro medio ambiente, corren al campesinado mediano y pequeño de sus tierras, y desmejoran la producción de alimentos, y que también manejan el comercio exterior y las actividades financieras. 
El gobierno "progresista" manda un mensaje de cambio de matriz productiva y energética, cuando en realidad, (sobre todo la primera), significa entregar el país a la mega minería a cielo abierto, al monocultivo de eucaliptus, y los grandes proyectos de fabricación de pasta de celulosa. Todo esto sin olvidar el monocultivo de soja, con todas la contaminación que trae a nuestros recursos naturales, a través del uso de agrotóxicos prohibidos en otras partes del mundo. ¿Que acciones hace el movimiento sindical en su conjunto para revertir esta situación? ¿Cómo actuamos en referencia a apoyar la lucha de la Asamblea Nacional Permanente? Hay sindicatos que tienen representantes en la misma, pero la mayoría no.
En cuanto al cambio de matriz energética, si bien consideramos que puede ser un avance para nuestra sociedad, no vemos de qué forma, con los costos que ello implica, puede llevarse a toda la población por lo menos por el momento. Estos tiempos son de grandes aprendizajes para todos nosotros, época de construcción de nuevas agrupaciones clasistas que disputen el poder dentro de las organizaciones de la clase obrera y el pueblo, y posibilite una salida a la crisis económica a nivel mundial que nos toca, hoy en forma diferente que a los países centrales, pero que de todas formas se empieza a sentir en la economía del país a través de la escalada inflacionaria en los alimentos,  las tarifas públicas, alquileres y otros artículos de la canasta de los trabajadores.
De todas formas, se pueden estructurar medidas de unidad de acción, para  golpear al enemigo común, y a la vez, sobre esa práctica siempre se ha logrado dejar en  claro en qué lugar está parado cada uno. Así se irá construyendo una unidad más profunda y permanente, no solamente en lo formal con todos aquellos grupos y organizaciones sociales y políticas que luchen consecuentemente por un cambio social.
Por el momento, estamos en un proceso de  lucha en el seno del movimiento obrero y popular, y la correlación de fuerzas desfavorece a los sectores revolucionarios. Sin embargo, como todo proceso es dinámico y tiene sus cambios, lo único permanente es la lucha en todos los terrenos; y manteniendo una adaptación activa a la realidad, que nos permita leer los acontecimientos en su justa medida, sin alejarnos de los trabajadores iremos forjando el nuevo mundo a través de nuestras acciones conjuntamente a las masas y las organizaciones del pueblo. Se nos dirá que la clase obrera tiene un programa salido de su Congreso. Si, se escribieron ríos de tinta, programas de acción, acuerdos de Congresos que nunca se cumplen, o se hacen a medias  o se lavan sacándole todo el contenido de clase.. De todas formas somos conscientes que los sindicatos tienen sus límites, y que su función principal es luchar por el mejoramiento del salario y las condiciones de trabajo de cada gremio. Tenemos hoy en día, la promulgación de leyes reaccionarias, como la prohibición de ocupar edificios públicos, se han procesado a militantes sociales por ocupar la corte, y por otras razones como quemar la bandera yanky. Tenemos muchas diferencias, y sin querer hacer incapié sobre las mismas, no debemos ignorarlas. Tenemos que reconocer y aceptar la realidad. Los elementos que nos unen, permiten que la Convención Nacional de Trabajadores exista. Muy bien, también debemos reconocer que hay que mejorar los métodos de trabajo en organización, y mantener la independencia de clase ante todo gobierno que responda a los mandatos del FMI y el BID, que venda la tierra a extranjeros, y tome medidas que impidan la realización de una profunda reforma agraria, que sea la base de la industrialización del país. Si en forma consecuente tenemos una posición anti imperialista, nuestras acciones deben apoyarse en las masas y levantarse ante las medidas reaccionarias de pagar la deuda externa en forma incondicional, vender la tierra a extranjeros y multinacionales imperialistas, y luchar contra los mega proyectos de inversores extranjeros que vienen a vaciar nuestro país y contaminar nuestros recursos naturales y llevarse todas las ganancias. Creemos que hay un paso previo a toda construcción unitaria, y esa es la unidad de acción.
                                                               Jorge Pérez.