domingo, 27 de febrero de 2011



Colonia Berro:

Una historia repetida.

Una vez más nos debemos referir en nuestros artículos a la Colonia Berro, para denunciar una situación que se viene repitiendo desde hace ya muchos años. Situación ésta que llevó a que los trabajadores tengamos una reivindicación permanente en cuanto a mejores condiciones de trabajo, ingreso de personal y luchar por la consideración por medio de las autoridades de gobierno, a nuestro trabajo como insalubre, y de esta forma tener algún beneficio en cuanto a la jubilación anticipada y resarcimiento económico mayor por trabajos de alto riesgo. Nuevamente en el mes de febrero de 2011, se produjo un incremento de los jóvenes internados en la Colonia, sin nuevo ingreso de personal, y peor aún, con un incremento de licencias médicas y traslados de personal que fueron ingresados específicamente para cumplir funciones en la Colonia Berro y que mágicamente desaparecieron de este centro de trabajo y pasaron a desempeñar funciones encargadas en Montevideo, o a las oficinas de algún lugar de INAU. También sucede que personal escalafón “E”, (que ingresaron sin concurso para desempeñar funciones de contención), hoy estén de directores de centro, hecho ilegal porque no les corresponde por estar en un escalafón que no es el educativo, ni profesional ni técnico ni de maestros, como lo son los escalafones “A”;”B”;”J” y “D”. También están ocupando cargos en economatos y mantenimiento.

Nuevas autoridades no alcanzan para mejorar una gestión de una institución que tiene un déficit importante en la materia desde hace ya muchísimos años.

A esto se suma la falta de propuestas de parte de los trabajadores de Berro en los últimos años que ha llevado a que todo transcurra entre hechos de violencia, fugas, falta de proyectos e incapacidad institucional de trabajar en los aspectos educativos en la privación de libertad, que permitiría una mejor posibilidad de trabajar la inserción social de los jóvenes infractores durante su tiempo de internación, algunos de los cuales son bastante prolongados. Nos referimos a actividades educativas que los acerquen a actividades laborales una vez terminado su tiempo de reclusión.

Los trabajadores del Hogar SER denuncian que toman turno tres trabajadores por turno y tienen que atender dos niveles por lo menos, que están muy separados uno de otro, lo que implica una superexposición a situaciones de riesgo o un esfuerzo en el trabajo que raya en la superexplotación, ya que están atendiendo a 31 jóvenes en máxima seguridad.

La situación permanente que viven los turnos en el hogar Sarandí ya excede toda consideración, ya que allí las situaciones de violencia y de inseguridad para los trabajadores son permanentes, y la falta de experiencia de muchos funcionarios recientemente ingresados, incrementa ese contexto en que se ven obligados a trabajar.

Esto para citar algunos ejemplos. En el hogar Ariel se llegó a albergar a 29 jóvenes, muchos de ellos con características y sanciones penales que hacen pensar en que deberían estar en hogares con mayores posibilidades de contención.

Los trabajadores de Berro no han participado en la elaboración de un sistema de trabajo acorde con las necesidades de nuestro trabajo. Tampoco se ha pensado adecuadamente las medidas que se tomaron respecto a la requisa, en donde se tomaron importantes medidas en cuanto al ingreso de comestibles que los familiares pueden traer a los jóvenes, y que dificulta el funcionamiento de los centros en alguna medida. Debemos decir que si el objetivo de esa medida es minimizar el ingreso de sustancias psicoactivas y otros elementos prohibidos por intermedio de los familiares, eso no se ha logrado hasta el momento.

No hay acierto en las medidas que se tomen en nuestros establecimientos, sin la opinión de los trabajadores y sin la participación de los mismos en la elaboración de los proyectos de cada centro. Pero para ello, los trabajadores debemos discutir y elaborar propuestas, en el sentido de mejorar nuestras condiciones de trabajo y mejorar el servicio, trabajando en los aspectos educativos que quitan a los jóvenes del ocio inactivo, promoviendo actividades pedagógicas y de recreación para minimizar la violencia del encierro y colaborar eficazmente en la inserción social del mayor numero posible de jóvenes internados.

Jorge Pérez.

domingo, 6 de febrero de 2011


Cifras oficiales.

Lo que todo trabajador de INAU debe saber.

Evidentemente, para dar una lucha con perspectivas de éxito en cuanto a nuestras reivindicaciones, lo primero que tenemos que tener los trabajadores, es una clara noción de en qué contexto estamos trabajando.

Contexto que incluye la capacidad y condiciones edilicias en las cuales trabajamos y que las sufrimos permanentemente, la cantidad de jóvenes que atendemos en los diferentes centros, y también la cantidad de trabajadores por turno, además de las características tanto de jóvenes a atender, como de trabajadores para realizar una función eficiente en lo educativo en condiciones de privación de libertad.

Trataremos de ir poniendo en conocimiento de nuestros compañeros, algunas cifras que ayudarán a conocer más nuestra realidad para tratar de transformarla cada vez más a nuestro favor.

Actualmente se habla de que hay 304 adolescentes internados con privación de libertad, de los cuales 51 cometieron el delito de homicidio ( que corresponde a un 16% de los internados), 193 jóvenes cometieron el delito de rapiña( un 63,5% de los internados), y también hay un 4,3% internados por tentativa de rapiña.

El 50% de los jóvenes privados de libertad son reincidentes, y el promedio de tiempo de encierro por el delito antes mencionado es de 12 meses.

El abogado defensor de menores Daniel Sayagués propone un proyecto de “Juicio Instantáneo” donde en única audiencia el joven puede ser condenado, cuando se tiene toda la prueba.

Entre tanto los jueces de menores manifiestan que se trata de desviar la atención en el mal funcionamiento del sistema de privación de libertad de INAU, cuando se habla del proyecto del Ministro Bonomi que plantea del mantenimiento de antecedentes entre otras cosas. El caso es que según cifras oficiales, existen 800 infractores menores de 18 años, de los cuales alrededor de 500 gozan de medidas alternativas a la privación de libertad en sus diferentes programas.

A nivel social, 1 de cada 5 jóvenes en nuestro país ni estudia ni trabaja y tienen muchas dificultades para insertarse en el mercado laboral. El 16,6% de jóvenes entre 14 y 24 años ni estudia ni trabaja.