lunes, 4 de abril de 2011


Sobre los temas a tratar en el Plenario nacional de Delegados del día 6 de abril.

Tomando en cuenta los temas a tratar en el Plenario Nacional de Delegados del SUINAU, queda claro que existen reivindicaciones históricas de los trabajadores que no han sido contempladas por el Directorio de la institución y por el poder Ejecutivo desde hace muchos años, regularización de Contratos y situación general, son temas que prácticamente son los convocantes de todos los últimos Plenarios nacionales, temas además que muchas veces quedan en segundo plano debido a acuerdos salariales que satisfacen a los trabajadores, dejando la lucha por los demás temas, como las condiciones de trabajo, la seguridad laboral, o la insalubridad del trabajo realizado, siempre par otra instancia y nunca tienen solución.

En el tema de la regularización de contratos, van apareciendo con los nuevos ingresos formas contractuales que pauperizan las condiciones de trabajo y no permiten en estos momentos que trabajadores vinculados a la función educativa tengan derechos a partidas como el cobro de presentismo ni a la realización de horas extras.

Esto se debe concretamente a un tema presupuestal. Se realizan los contratos que permite la cantidad de dinero que tiene el INAU para rubro cero, y luego muchos contratos son pagados directamente por el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Economía y Finanzas de acuerdo a las necesidades institucionales, y su monto no incluye pago de horas extras ni otras compensaciones que sí tenemos el resto de los trabajadores.

Esto significa una clara violación de otros acuerdos realizados con el Directorio de la institución en el pasado, que incluyen el de a igual trabajo igual salario, mejora de las condiciones de trabajo e ingreso de personal para los lugares de atención directa al menor y sobre todo SEMEJI y tiempo completo.

Cambian las jerarquías intermedias, y cambian los acuerdos aparentemente. Siempre hay que empezar todo de nuevo y por lo tanto los avances no se producen. No solo lo salarial debe ser motivo de preocupación y acuerdo en la institución. Para mejorar los servicios de atención al menor, se deben tomar en cuenta varios aspectos, en forma integral, y esos aspectos tienen relación con las condiciones de trabajo, a ir minimizando cada vez más las situaciones de riesgo, lo que a la vez pasa por evitar el hacinamiento de jóvenes en los centros de INAU, la realización de proyectos educativos adaptados a las diferentes realidades de los servicios, y sobre todo un mejor gasto, y mayor presupuesto.

Los proyectos que vienen de la derecha, en cuanto a la baja de imputabilidad de los adolescentes infractores, el aumento de las años de cárcel de 5 a 10 años para los delitos graves, la creación de un futuro Instituto del Menor Infractor entre otros, llevan a un peligroso camino hacia la facistización de la sociedad, aprovechando el clima de inseguridad que se crea desde los centros de poder y a través del instrumento formidable que son los grandes medios de comunicación.

El mecanismo funciona, cuando a partir de una base generada por hechos reales, se va creando opinión pública a favor de medidas que en el correr del tiempo se van transformando en medidas que terminan accionando en contra del pueblo que en un principio apoyó. El sentimiento de inseguridad generado por el bombardeo incesante mediante la propaganda de hechos de sangre, delitos cometidos, robos etc. crean también en el imaginario social la necesidad de una mayor represión , y se pide mayor presencia policial en las calles, el derecho a la defensa propia, hay quienes llaman a la composición de comisiones sociales de seguridad, etc.

Junto con estos mensajes de endurecimiento de las penas a los adolescentes menores de 18 años, viene el tema de la criminalización de la protesta y el endurecimiento también de la represión de las movilizaciones obreras y estudiantiles. Los pueblos deben aprender de sus historias recientes.

Mientras tanto, no se favorecen seriamente, incrementos presupuestales a la educación que lleven a la construcción de más liceos y escuelas y a las reparaciones de los deteriorados centros de estudios que ya existen. Se siguen con clases de 40 o 45 alumnos en la educación formal y la falta de profesores e secundaria, se favorece la enseñanza privada, centros a los cuales no pueden acceder los hijos de lo obreros, y muchos menos los hijos de los marginados.

Una política productiva y educativa que apunte a una verdadera inclusión social no existe en este país. Las políticas sociales son pobres en su filosofía, apuntando a la caridad y no a la inclusión de los pobres al mercado laboral formal y a la educación y la cultura.

En estos momentos, la clase trabajadora clasista y combativa debe poner todos estos temas en el tapete. Ir a lo profundo del problema y no plegarse a los parches que se discuten en las rondas de los consejos de salarios o en las negociaciones con las autoridades de cada inciso de la administración central.

No basta con la realización de seminarios y encuentros donde figuras del ámbito político y sindical exponen soluciones que nunca llegan, porque lo que aquí se necesita es una verdadera distribución de la riqueza generada socialmente, un serio tratamiento al consumo de sustancias psicoactivas, creación de un programa de viviendas dignas para todos los uruguayos que terminen con familias en situación de calle, y sobre todo la creación de fuentes de trabajo y salarios dignos. Esa es la única inclusión social que entendemos efectiva y permanente
Jorge Pérez.

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