jueves, 15 de abril de 2021

 La falta de soberanía al pensar un país.
Escribe. Jorge Pérez

Así se encuadra la opresión imperialista.

La falta de soberanía  de pensamiento y acción en los gobiernos y en el parlamento son unas de las bases de la penetración imperialista y la dependencia de los países del tercer mundo como el nuestro.

La teoría de la globalización implementada  luego de la caída de la URSS y  el Bloque del Este, pretende invisibilizar la acción del imperilismo que actúa en lo económico, en lo político - militar, en lo cultural y educativo según lo hagan necesario las circunstancias en cada país o región del planeta.

Así pasa en países como el nuestro, dependientes de capitalismo atrasado, donde el imperialismo principalmente el yanky mete sus tentáculos en diversas áreas fundamentales según sus necesidades del momento. De esta forma, en una estrategia en la cual se nos adjudica un rol de país de servicios y exportador de productos primarios, e importador de bienes manufacturados, (muchos de los cuales podríamos producir nosotros), nos vemos condenados a primarizar nuestra economía al máximo, exportando soja, celulosa, ganado en pié, lana y cueros semielaborados, etc., lo que obtura las posibilidades a nuestro desarrollo. Las empresas imperialistas como UPM2 mete su cuña en la educación a través de proyectos que nos van imponiendo una formación que apunta a condenarnos a la dependencia absoluta.

Las políticas económicas agroexportadoras de bajo nivel de empleos, genera un gran ejército de reserva constituída por cientos de miles de trabajadores desocupados que repercuten en la caída del salario y la pauperización de las condiciones de trabajo.

Esta falta de soberanía en el pensamiento y la acción se pueden ver tanto en la derecha y ultraderecha reaccionaria que nos gobierna, como en el progresismo oportunista que gobernó durante quince años.

Este fenómeno es volitivo, forma parte de una estrategia de los gobernantes de turno que atan y ataron a conciencia desde hace décadas, todas las políticas a los designios de los organismos internacionales de crédito y a los imperialismos de turno.

La derecha y ultraderecha reaccionaria confirmada en la coalición multicolor que nos gobierna, es por definición proimperialista, mientras que el progresismo conformó su estrategia de gobierno reformista, tratando de mantener su hegemonía en el movimiento sindical y organizaciones sociales, quitándoles su contenido revolucionario a las declaraciones  de principios del Primer Congreso del Pueblo y al PIT-CNT, que signaron las grandes luchas del movimiento popular desde los años sesenta.

Así el movimiento de los trabajadores queda atado a las políticas y las tácticas y estrategias del Frente Amplio, y por esa causa la desmovilización general del conjunto de los trabajadores ante la embestida baguala de la coalición multicolor, que rebajó el salario, empeoró las condiciones de trabajo, que pergenia una reforma jubilatoria que atenta contra los intereses de los trabajadores, toma acciones y saca leyes antidemocráticas en contra del derecho de huelga y la protesta popular, toma decisiones en contra de la salud del pueblo en plena pandemia que sólo son revertidas con la lucha de los trabajadores, como en el caso de Frigorífico Canelones y el SUNTMA. 

Las acciones de Pereira y Abdala, (Presidente y Secretario del PIT-CNT), para levantar la suspensión del Sindicato Policial en la Convención de Trabajadores, le darán a éstos dirigentes 54 votos en el próximo Congreso,  que les servirán para tratar de mantenerse en la dirección de la organización.

En este contexto, es de suma importancia continuar articulando acuerdos entre el clasismo, para dar pelea en todos los ámbitos en contra del oportunismo, reconstruyendo una táctica de independencia de clase para  dar la lucha en la calle y en los centros de trabajo, además de forjar el camino hacia los cambios profundos que el país y la clase trabajadora necesitan para el logro de la pública felicidad.



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