jueves, 7 de noviembre de 2019


 

 

Comunicado del PCR y la lista 960-UP a la opinión pública


El PCR y la lista 960, integrantes de la Unidad Popular-AP, herramienta unitaria de la izquierda consecuente, hace llegar a la clase obrera y el pueblo su posición ante la segunda vuelta electoral del 24/11.

Cuando participamos del proceso fundacional de la Asamblea Popular junto a la Corriente de Izquierda, liderada por el inolvidable compañero Dr. Helios Sarthou, el Mov. 26 de Marzo y un grupo importante de compañeros/as independientes, iniciamos un camino de total independencia del FA, al que nuestras fuerzas habían ayudado a acceder al gobierno. Esto hicimos en el 2006, luego del primer año de gobierno del FA, en el que mostró claramente una política continuista de la llevada durante décadas por los gobiernos de los partidos tradicionales, de profundización de la dependencia al imperialismo y de la explotación de los/as trabajadores/es y los recursos naturales del país, política que evidentemente ha continuado hasta el día de hoy, al fin de su tercer gobierno.   

Decimos esto en base a hechos:

Desde el primer gobierno del FA en el 2005 se reafirmaron los compromisos con el FMI y los organismos controlados por el imperialismo, principalmente por el imperialismo yanqui, con el que se firmaron el TPI y el TIFA. Se firmaron TLC lesivos para el país con Finlandia y Chile, un TLC Mercosur-Israel y recientemente uno Mercosur-UE.

Durante los tres gobiernos del FA se pagó la oprobiosa y usuraria deuda externa, sin cuestionar nada, sin intentar una investigación de su origen ni para qué se había usado. Es además un tema tabú en la campaña electoral. Nadie, excepto la UP, se atreve a tratarlo, a pesar de que la deuda signifique una sangría insoportable de unos U$S 3.000 millones de dólares al año, en intereses y amortizaciones (equivalente al déficit fiscal del 4,9%). Actualmente, la deuda ha sido triplicada y sigue creciendo año a año. Estos U$S 3 o 4 mil millones de dólares que invertirá el Estado en infraestructura para servir a UPM 2 (tren central, puentes, etc.) implican más deuda contraída. 

La concentración y extranjerización de la economía del país fue gigantesca, en la tierra, los monocultivos, el forestal y el sojero, los frigoríficos y las curtiembres, la cerveza, el arroz, el gas, la banca y el sector financiero, el comercio, las cadenas de supermercados, etc.

No hubo salariazo. La recuperación de los salarios y jubilaciones por la crisis de 19982002 llevó 10 años y se logró por duras y sacrificadas luchas y, aun así, hoy la mayoría de los salarios están por debajo de los $23.000 y las jubilaciones por debajo de los $15.000, con una canasta de $86.000. Esto sucedió además con una década de altos precios de las materias primas.

El gobierno se ajustó a la división internacional del trabajo imperialista, por lo que se ha agravado la reprimarización y la desindustrialización. Esto ha llevado a un salto de la desocupación (9,8 según cifras oficiales) por el cierre de fábricas y empresas y por la desaparición de miles de pequeños y medianos productores del campo, particularmente los tamberos.

Durante estos años, nuestro Partido y los/as compañeros/as de la lista 960, desde la lucha sindical clasista, la lucha combativa en el movimiento feminista popular, el movimiento estudiantil, por los derechos humanos y contra la impunidad y el movimiento ambientalista, y también en el terreno político-electoral y el parlamentario, junto a la UP, enfrentó con firmeza y persistentemente estas políticas antiobreras y antipopulares al servicio de la oligarquía y el imperialismo.

Durante estos años, los partidos de la derecha tradicional cuestionaron estas políticas, exigiendo más apertura al exterior, más entrega al voraz capital financiero internacional, más ajuste, menos presupuesto para salud, vivienda y educación, y avanzar más profundamente en las privatizaciones, las tercerizaciones y la flexibilidad laboral. También plantearon una política de mayor mano dura con la “delincuencia”, mejor dicho, contra los/as jóvenes y los/as pobres sin perspectivas, en el marco de una violencia social que se ha multiplicado por la crisis económica y social. Son los partidos que impulsaron una política exterior de mayor alineamiento con el imperialismo yanqui, al que apoyaron en sus provocaciones permanentes contra los gobiernos de Venezuela y Bolivia, surgidos de las luchas populares y que tienen todo el derecho a la autodeterminación frente a la  superpotencia e imperialismo más agresivo en el mundo actual.

Durante estos años nuestro Partido y el sublema que integramos, el Pueblo en Lucha – lista 960-UP, en la elección del 2009, en la de 2014 y en esta reciente de octubre, le planteamos a la clase obrera y al pueblo que usaran la primera vuelta para votarnos, apoyar nuestras organizaciones, nuestro programa, y posibilitaran nuestro acceso al Parlamento. Para la segunda vuelta, consideramos que quienes nos acompañaron en la primera vuelta podían votar de acuerdo a lo que consideraran más justo, siendo conscientes de que en esa instancia gran parte de nuestros/as votantes votarían al FA. En el 2009 y 2014, junto a la mayoría de los sectores de la UP, anulamos el voto en la segunda vuelta. En esas dos elecciones, se llegaba a ella en otras condiciones políticas y con mayoría parlamentaria del FA. 

En las recientes elecciones del 27 de octubre, se produjeron cambios importantes, y si bien el FA fue el partido más votado (40%), los partidos de la derecha tradicional y sectores de ultraderecha  lograron una importante mayoría parlamentaria, obteniendo el 53% de los votos y la mayoría en ambas cámaras, con 17 senadores y 56 diputados. Es muy importante en esta coalición la presencia del partido Cabildo Abierto, del ex comandante Manini Ríos, de fuerte base en la llamada “familia militar” e integrado por represores de la última Dictadura Militar Fascista, que logró 3 senadores y 11 diputados. Hay que sumarle el Partido de la Gente del empresario Novick y personajes reaccionarios y neoliberales a ultranza en los propios partidos tradicionales, como Talvi y Sartori, e impulsores de la mano dura como el ex fiscal Zubía y el propio Larrañaga, promotor de la reforma reaccionaria “Vivir sin Miedo” derrotada en el plebiscito.

No dejaremos nunca de cuestionar duramente las políticas llevadas adelante por el FA en sus tres gobiernos y señalamos además, que el propio partido de gobierno es  responsable,  y en gran medida, de que importantes sectores populares canalicen su disconformidad por las consecuencias de la crisis económica y social de estos años, a través del voto a la derecha y la ultraderecha,  y particularmente de abrirle el camino a Manini. 

En estas condiciones hemos decidido votar en la segunda vuelta por Daniel Martínez, intentando cerrarle el paso a esta derecha “derechizada”, que ya cuenta además con una importante mayoría parlamentaria.

De esta forma apoyamos a muchos/as de quienes nos han votado y también a cientos de miles de compañeros/as, militantes sindicales y sociales que todavía consideran que el FA es de izquierda, pero con los/as que compartimos intereses de clase y como pueblo. Con ellos/as compartimos también la necesidad de hacer lo más posible para que no gane esta derecha, la cual seguramente tratará de imponer un ajuste más radical aún e intentará quitarle a la clase obrera y al pueblo las conquistas logradas en el terreno económico y social durante estos años, por la lucha sacrificada y no por concesiones del gobierno del oportunismo. 

Más allá de las la elecciones del 24/11 y de quien las gane, nuestro camino seguirá siendo la organización y la lucha de los trabajadores y el pueblo en una perspectiva revolucionaria.

¡Arriba los que luchan!

Partido Comunista Revolucionario

Lista 960 – El Pueblo en Lucha-UP

7 de noviembre de 2019


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