sábado, 14 de marzo de 2020


El avance de la derecha 

en Uruguay en un 

contexto regional.

Escribe: Jorge Pérez.

En casi toda Latinoamérica se vienen dando en diversa escala, fenómenos políticos en donde el fascismo tiene diferentes grados de desarrollo,  incluso con grandes posibilidades de tomar el poder en algunos casos debido a las coyunturas políticas del momento.
Se puede decir con palabras de Dimitrov que “En casi todas partes existen tendencias fascistas y gérmenes de un movimiento fascista en forma más o menos desarrollada”. (Jorge Dimitrov, El fascismo y la clase obrera).
En condiciones de crisis económica, o serios problemas para mantener las condiciones de una democracia burguesa de tipo republicana parlamentaria, el fascismo asoma.
En Brasil con Jair Bolsonaro, en Bolivia con el golpe militar contra Evo Morales que puso a Añez en el gobierno, los ataques permanentes contra Venezuela por parte del imperialismo yanky y sus lacayos como Guaido, son muestras de la agresividad y el reaccionarismo de estas tendencias que aparecen para restaurar los sistemas de explotación más crudos, y barrer con toda conquista lograda a través de la lucha de los trabajadores.  
La represión del pueblo chileno por parte de Sebastián Piñera, valiente pueblo que lleva meses de movilizaciones en contra de la política económica heredada de la Dictadura de Pinochet, y que lucha por los derechos de las minorías étnicas, por el derecho de las mujeres y la diversidad sexual, por salud, salario y trabajo, y que ahora va por una reforma constitucional que lleve a una verdadera democracia.
En Colombia, las grandes movilizaciones del pueblo realizadas el 22 de noviembre de 2019 en Bogotá, fueron reprimidas tras el toque de queda impuesto por el gobierno de Iván Duque, donde se desplegaron 7000 policías, y 4000 soldados del ejército acompañados de tanques de guerra, patrullas de combate de las brigadas del ejército, helicópteros, más inteligencia del Estado y paramilitares asesinos. Todo esto para sofocar las duras protestas que se produjeron los días 21 y 22 en el marco del Paro Nacional convocado por las centrales sindicales. No olvidemos la cantidad de líderes sociales, sindicales, indígenas y campesinos que fueron asesinados y siguen siéndolo por el gobierno de Duque en estos últimos meses.
Acá en Uruguay Talvi en plena campaña electoral elogiaba al “modelo chileno” para aplicar en la educación y en la economía; hoy se llama a silencio dentro de una coalición “multicolor” dominada por ideales represivos en las relaciones sociales y de súper explotación de trabajadores en lo económico, coalición que tiene componentes ultraderechistas como Cabildo Abierto y las posiciones represivas antidemocráticas de Jorge Larrañaga en el Ministerio del Interior.

“La burguesía dominante busca cada vez más su salvación en el fascismo, para llevar adelante medidas excepcionales de expoliación contra los trabajadores”. (Jorge Dimitrov. El fascismo y la clase obrera).

En un contexto donde el imperialismo yanky  y el social-imperialismo chino aún no solucionan los temas de su guerra comercial, y Rusia también puja en sus intenciones expansionistas, los círculos imperialistas intentan descargar  el peso de la crisis económica sobre las espaldas de los trabajadores, y para eso necesitan el terror del fascismo. Los yankys para mantener a Latinoamérica como su patio trasero, necesitan del fascismo.
Debemos decir también, que el avance de las fuerzas reaccionarias en nuestro país tiene su correlato en la debilidad del movimiento obrero revolucionario, paralizado y desorganizado por la política del oportunismo en el seno de la clase obrera, de colaboración de clases a través de su representación política, el “progresismo” del Frente Amplio. Prueba de ello, es la propuesta del Presidente del PIT-CNT Pereira, votada afirmativamente en el secretariado por el PCU y Articulación, (sin que se reuniera a la Mesa Representativa), en los primeros días de febrero, de “homenajear al presidente Vázquez por sus posturas progresistas”. Pereira y Abdala homenajean a un presidente que deja al país tras quince años de gobierno, con más de 160 mil desocupados, más de 50 mil en el seguro de paro, miles de trabajadores ganando menos de 22 mil pesos, jubilados ganando 15 mil pesos de jubilación mínima y más de un 9% de desocupación total. Más de 600 asentamientos precarios en todo el país y gran inflación en la canasta de alimentos y tarifas públicas, bienes de consumo de la clase trabajadora.
Entre tanto, la “coalición multicolor” integrada por los partidos tradicionales Blanco y Colorado, unidos a la ultraderecha militarista de Cabildo Abierto, más el Partido Independiente y el Partido de la Gente de Novik preparan un paquete de medidas represivas y antipopulares a través de la Ley de Urgente Consideración.
En ella se incluye todo un ajuste en contra de la clase obrera y el pueblo, con aumentos salariales por debajo de la inflación, reforma de la ley de jubilaciones que aumenta la edad de los trabajadores para poderse jubilar, y pretende des indexar las jubilaciones de los aumentos salariales, lo que implica una mayor rebaja de las menguadas jubilaciones que cobran hoy la mayoría de los pasivos.
Pretenden poner la educación al servicio de los capitales imperialistas como UPM2 y se quiere avanzar en las privatizaciones de las empresas públicas en forma acelerada, y se incluye hasta la posibilidad de importar combustibles en una clara intención de fundir a ANCAP para favorecer a multinacionales de la energía además de los inversores extranjeros.
El avance de estas corrientes ultra derechistas atestigua la debilidad del proletariado revolucionario, que es combatido también por la política de colaboración de clases  que imprimió el oportunismo y el reformismo del Frente Amplio. Por otra parte deja en claro la debilidad de los partidos tradicionales ya que sin el aporte de Cabildo Abierto y otros partidos chicos de derecha, quedaba comprometida la realización de un programa antipopular propio del gobierno que asumió en marzo, programa que las clases dominantes presionan para que se ejecute lo más pronto posible. Ahora, ese programa profundiza, tras el acuerdo llamado “Compromiso con el país” las acciones de ultraderecha que en parte se habían plasmado en la reforma “Vivir sin miedo” de Larrañaga, a las que se suman los aportes de Cabildo Abierto en los temas represivos.
La crisis mundial capitalista golpea sin piedad y el cuquito apreta contra los obreros y los pequeños y medianos productores, se dispara el dólar, hay mayor recesión, suben las tarifas públicas un 10% y crece desmesuradamente la inflación principalmente los precios de la canasta alimentaria y los productos que consumen los pobres de nuestro país.
Se beneficia la alta burguesía comercial y los terratenientes junto a la oligarquía financiera más que nunca.
El coronavirus, siendo un problema real y muy grave de salud que hay que prevenir y combatir, sirve también como elemento de distracción para tratar de evitar la movilización de la clase trabajadora.
En el mundo, la guerra del petróleo vuelve a instalarse, y junto a la pandemia opera en favor de la recesión mundial y la caída de las bolsas. De ahí viene el mayor ajuste de los imperialistas contra los países oprimidos del tercer mundo, principalmente contra sus trabajadores.

¿Qué es el fascismo?

…“El fascismo es el poder del propio capital financiero. Es la organización del ajuste de cuentas terrorista con la clase obrera y el sector revolucionario de los campesinos y de los intelectuales. El fascismo, en política exterior, es el chovinismo en su forma más brutal que cultiva el odio bestial contra los demás pueblos”. (Jorge Dimitrov. El fascismo y la clase obrera).

Esta definición clara del autor, desenmascara la demagogia con la cual se disfraza el fascismo, para arrastrar tras de sí a las masas de la pequeña burguesía castigadas por las crisis económicas, e incluso decía el mismo Dimitrov, “a algunos sectores de las capas más atrasadas del proletariado, que jamás hubieran seguido al fascismo si hubiesen comprendido su verdadero carácter de clase, su verdadera naturaleza”. (Jorge Dimitrov. Ídem).
A la vez, el lumpen proletariado es también utilizado para los fines del fascismo, a través de las campañas de seguridad ciudadana. Se utilizan los hechos de violencia, los hurtos, las rapiñas y los homicidios perpetrados por el lumpen proletariado, para de esta forma a  través de los grandes medios de comunicación masiva, ir generando en la población un sentimiento de inseguridad tal, que llegue a pedir más represión y más mano dura, sin llegar a pensar que esa mano dura será utilizada más contra los obreros  y el pueblo que luchen por sus reivindicaciones, que contra los que cometen delitos.
Las medidas reaccionarias de las clases dominantes que se van implementando fuertemente en los países democrático-burgueses, medidas que reprimen las libertades de los trabajadores de ir a la huelga, de realizar movilizaciones, realizar ocupaciones que son parte del derecho a la huelga, reprimir a las minorías étnicas y a los pueblos originarios, a las mujeres que luchan por todos sus derechos, que reprimen a los estudiantes y expulsan al pequeño y mediano campesino para favorecer a grandes monopolios imperialistas, magnates de la celulosa, la forestación y la soja transgénica, llevan por el camino de la pérdida de libertades y desembocan tarde o temprano, en el fascismo.
En estos tiempos, el fascismo generalmente llega luego de una serie de etapas preparatorias que realiza la burguesía, principalmente la gran burguesía aliada al imperialismo mediante la toma de una serie de medidas reaccionarias, antipopulares, que facilitan su acceso al poder. Por lo tanto, el pueblo trabajador debe estar preparado y dispuesto a dar la lucha contra estas medidas reaccionaria plasmadas en la Ley de Urgente Consideración para frenar el avance de este tipo de fuerzas, que no son un simple cambio de gobierno, sino que será el cambio de la democracia burguesa parlamentaria, por la dictadura terrorista abierta de la oligarquía pro imperialista y los militares una vez más.
El oportunismo encaramado en la dirección del movimiento obrero y los representantes del progresismo, no están en condiciones de enfrentar al fascismo que representa los intereses del capital financiero para impedir su victoria. A la vez le temen a la revolución proletaria porque perderán sus privilegios, y hacen campaña en contra de los sectores revolucionarios, culpabilizándolos de su derrota electoral en octubre y noviembre, en lugar de sincerarse ante las masas reconociendo su política de engaño y de salvación del capitalismo imperialista, cosa que no harán jamás. Pero las masas los han castigado por su política entreguista, por firmar con UPM2, por entregar la tierra a extranjeros, por cambiar la producción nacional de alimentos por el modelo forestal celulósico que tantos problemas le trae al Uruguay y su gente.
Claro que las masas no hicieron la síntesis correcta de qué se venía  con el voto a la derecha y hoy sufrimos las consecuencias. Pero la lucha es la mejor escuela para el aprendizaje de la clase trabajadora, y el oportunismo lo sabe y por eso la frena; de ahí la importancia de la conformación de agrupaciones clasistas y combativas como única herramienta para defender los intereses de la clase obrera y el pueblo.
…“El fascismo logra atraerse a las masas porque especula de forma demagógica con sus necesidades y exigencias candentes. El fascismo no sólo azuza los prejuicios hondamente arraigados en las masas, sino que especula también con los mejores sentimientos de éstas, con su sentimiento de justicia y, a veces, incluso con sus tradiciones revolucionarias”…” (Jorge Dimitrov. Ídem).
Hoy está claro que las necesidades planteadas por las masas, justamente están enfocadas en la seguridad, que no es solamente reclamo de mayor presencia policial para evitar el delito, sino que engloba una situación que implica también la falta de empleo, inseguridad que da el sistema de salud pública y privada, la pobreza, la posibilidad de caer en la indigencia, la falta de rumbos claros en la educación, etc. Toda esta problemática se presenta como vivencia de impotencia que obtura las posibilidades del pueblo trabajador de forjarse un futuro venturoso. A la vez, invisibiliza posibles salidas a las situaciones críticas que están viviendo cientos de miles de uruguayos muchos de los cuales están viendo en la ultraderecha, una fuerza capaz de solucionar en forma rápida y eficaz, lo que  ven (con ayuda de los grandes medios de comunicación), como causa de su desgracia. Aprovechando una situación subjetiva de las masas trabajadoras, las clases dominantes se lanzan a la toma del gobierno y el poder. Los grandes medios de comunicación para la propaganda, las iglesias de todo tipo para “refugiar a los indefensos” y demonizar a la lucha del pueblo trabajador, a las luchas de las mujeres por sus reivindicaciones, demonizar a las minorías como las organizaciones LGTB, las luchas de los docentes por una educación pública de nivel y en favor de las clases populares y todo lo que contradiga su proyecto de país exclusivo.
El 8 de marzo, las mujeres dieron una vez más un gran ejemplo de movilización y combatividad. La lucha de las mujeres no se verá jamás empañada porque se suban  elementos de las clases dominantes y del oportunismo a sus movilizaciones, mientras se mantengan a la vanguardia las luchadoras conscientes de los intereses de las mujeres del pueblo trabajador, con todas sus variantes. Queda claro quien fue a caretear, y quienes llevan adelante sinceramente la lucha por la liberación de la mujer. Las compañeras nos enseñan permanentemente eso.

 Los mecanismos de depositación en política.

A partir de  que el Frente Amplio perdió las elecciones en noviembre de 2019, desde el progresismo se deposita la causa de haber tenido este revés electoral en las organizaciones revolucionarias, los sindicatos que diron la lucha por sus reivindicaciones con independencia de clase y otros lugares que no son los correctos. Con total falta de autocrítica, el mensaje que se está dando a sus militantes y votantes por parte de la dirigencia progresista, es  que si la UP, o las demás fuerzas hubiesen votado al FA, no se habría perdido. Para ellos no  está la falla en la aplicación de su programa ayornado y falta de contenido popular, que en realidad no apunta a ningún cambio real en nuestra sociedad, que es continuista en las políticas de entrega del país a las multinacionales imperialistas como UPM2, y a las políticas imperialistas de primarización  de la economía, que destruye la industria y la producción nacional. Para esos dirigentes no está en su ajenda el realizar una autocrítica y corregir el rumbo tomado.
Lo que sucedió realmente en noviembre de 2019, es que no supo el progresismo cómo saldar sus diferencias internas, como explicar a las masas sus políticas antipopulares, los resultados de una nefasta política económica que llevó a un grave aumento del desempleo, de cierres de empresas, de una crisis en los tamberos pequeños y medianos, una contaminación ambiental muy seria, la ley de riego que favorece a los grandes terratenientes, una pérdida del salario real que se agravó luego en marzo con la coalición multicolor de derecha y ultraderecha. No quedaron bien parados frente a las masas con el acuerdo secreto entre el gobierno de Tabaré Vázquez y UPM2. El pueblo no olvidó las cuestiones como PLUNA o ANCAP, la regasificadora o ALUR. donde se perdieron millones de dólares. 
Las declaraciones de Mujica en contra de la lucha feminista, criticando a candidatos frenteamplistas en plena campaña y siempre despotricando contra los funcionarios públicos y los trabajadores en lucha, parece que no se vió en los acólitos progresistas.
Y si bien no son lo mismo que esta derecha reaccionaria y peligrosa para la democracia, tienen mucho quer ver con la situación actual que estamos viviendo y con el rumbo económico que estamos sufriendo los trabajadores. 
Por lo tanto, para salvar esta situación y cambiar el rumbo económico defendiendo los intereses de la clase obrera y el pueblo, debemos construir más organización en el seno del clasismo para dar la lucha en contra de la Ley de Urgente Consideración, defender las fuentes de trabajo y el salario real, combatiendo la línea del oportunismo que se alínea con las cámaras empresariales en el discurso que opone salario o trabajo.

Queremos que la crisis no la pague el pueblo. Que la paguen quienes se enriquecen a costilla de los trabajadores.




  
 Fuentes consultadas: Jorge Dimitrov. El fascismo y la clase obrera.
                                   Mensuario "La Verdad". PCR.Uruguay.


No hay comentarios:

Publicar un comentario