El avance de la derecha
en Uruguay en un
contexto regional.
Escribe: Jorge Pérez.
En casi toda Latinoamérica se vienen dando en diversa
escala, fenómenos políticos en donde el fascismo tiene diferentes grados de
desarrollo, incluso con grandes
posibilidades de tomar el poder en algunos casos debido a las coyunturas
políticas del momento.
Se puede decir con palabras de Dimitrov que “En casi
todas partes existen tendencias fascistas y gérmenes de un movimiento fascista
en forma más o menos desarrollada”. (Jorge
Dimitrov, El fascismo y la clase obrera).
En condiciones de crisis económica, o serios problemas
para mantener las condiciones de una democracia burguesa de tipo republicana
parlamentaria, el fascismo asoma.
En Brasil con Jair Bolsonaro, en Bolivia con el golpe
militar contra Evo Morales que puso a Añez en el gobierno, los ataques
permanentes contra Venezuela por parte del imperialismo yanky y sus lacayos
como Guaido, son muestras de la agresividad y el reaccionarismo de estas tendencias
que aparecen para restaurar los sistemas de explotación más crudos, y barrer
con toda conquista lograda a través de la lucha de los trabajadores.
La represión del pueblo chileno por parte de Sebastián
Piñera, valiente pueblo que lleva meses de movilizaciones en contra de la
política económica heredada de la Dictadura de Pinochet, y que lucha por los
derechos de las minorías étnicas, por el derecho de las mujeres y la diversidad
sexual, por salud, salario y trabajo, y que ahora va por una reforma
constitucional que lleve a una verdadera democracia.
En Colombia, las grandes movilizaciones del pueblo
realizadas el 22 de noviembre de 2019 en Bogotá, fueron reprimidas tras el
toque de queda impuesto por el gobierno de Iván Duque, donde se desplegaron
7000 policías, y 4000 soldados del ejército acompañados de tanques de guerra,
patrullas de combate de las brigadas del ejército, helicópteros, más inteligencia
del Estado y paramilitares asesinos. Todo esto para sofocar las duras protestas
que se produjeron los días 21 y 22 en el marco del Paro Nacional convocado por
las centrales sindicales. No olvidemos la cantidad de líderes sociales,
sindicales, indígenas y campesinos que fueron asesinados y siguen siéndolo por
el gobierno de Duque en estos últimos meses.
Acá en Uruguay Talvi en plena campaña electoral elogiaba
al “modelo chileno” para aplicar en la educación y en la economía; hoy se llama
a silencio dentro de una coalición “multicolor” dominada por ideales represivos
en las relaciones sociales y de súper explotación de trabajadores en lo
económico, coalición que tiene componentes ultraderechistas como Cabildo
Abierto y las posiciones represivas antidemocráticas de Jorge Larrañaga en el
Ministerio del Interior.
“La burguesía dominante
busca cada vez más su salvación en el fascismo, para llevar adelante medidas
excepcionales de expoliación contra los trabajadores”. (Jorge Dimitrov. El fascismo y la clase obrera).
En un contexto donde el imperialismo yanky y el social-imperialismo chino aún no
solucionan los temas de su guerra comercial, y Rusia también puja en sus
intenciones expansionistas, los círculos imperialistas intentan descargar el peso de la crisis económica sobre las
espaldas de los trabajadores, y para eso necesitan el terror del fascismo. Los
yankys para mantener a Latinoamérica como su patio trasero, necesitan del
fascismo.
Debemos decir también, que el avance de las fuerzas
reaccionarias en nuestro país tiene su correlato en la debilidad del movimiento
obrero revolucionario, paralizado y desorganizado por la política del
oportunismo en el seno de la clase obrera, de colaboración de clases a través
de su representación política, el “progresismo” del Frente Amplio. Prueba de
ello, es la propuesta del Presidente del PIT-CNT Pereira, votada afirmativamente
en el secretariado por el PCU y Articulación, (sin que se reuniera a la Mesa
Representativa), en los primeros días de febrero, de “homenajear al presidente
Vázquez por sus posturas progresistas”. Pereira y Abdala homenajean a un
presidente que deja al país tras quince años de gobierno, con más de 160 mil
desocupados, más de 50 mil en el seguro de paro, miles de trabajadores ganando
menos de 22 mil pesos, jubilados ganando 15 mil pesos de jubilación mínima y
más de un 9% de desocupación total. Más de 600 asentamientos precarios en todo
el país y gran inflación en la canasta de alimentos y tarifas públicas, bienes
de consumo de la clase trabajadora.
Entre tanto, la “coalición multicolor” integrada por
los partidos tradicionales Blanco y Colorado, unidos a la ultraderecha
militarista de Cabildo Abierto, más el Partido Independiente y el Partido de la
Gente de Novik preparan un paquete de medidas represivas y antipopulares a
través de la Ley de Urgente Consideración.
En ella se incluye todo un ajuste en contra de la
clase obrera y el pueblo, con aumentos salariales por debajo de la inflación,
reforma de la ley de jubilaciones que aumenta la edad de los trabajadores para
poderse jubilar, y pretende des indexar las jubilaciones de los aumentos
salariales, lo que implica una mayor rebaja de las menguadas jubilaciones que
cobran hoy la mayoría de los pasivos.
Pretenden poner la educación al servicio de los
capitales imperialistas como UPM2 y se quiere avanzar en las privatizaciones de
las empresas públicas en forma acelerada, y se incluye hasta la posibilidad de
importar combustibles en una clara intención de fundir a ANCAP para favorecer a
multinacionales de la energía además de los inversores extranjeros.
El avance de estas corrientes ultra derechistas
atestigua la debilidad del proletariado revolucionario, que es combatido
también por la política de colaboración de clases que imprimió el oportunismo y el reformismo
del Frente Amplio. Por otra parte deja en claro la debilidad de los partidos
tradicionales ya que sin el aporte de Cabildo Abierto y otros partidos chicos
de derecha, quedaba comprometida la realización de un programa antipopular
propio del gobierno que asumió en marzo, programa que las clases dominantes presionan
para que se ejecute lo más pronto posible. Ahora, ese programa profundiza, tras
el acuerdo llamado “Compromiso con el país” las acciones de ultraderecha que en
parte se habían plasmado en la reforma “Vivir sin miedo” de Larrañaga, a las
que se suman los aportes de Cabildo Abierto en los temas represivos.
La crisis mundial capitalista golpea sin piedad y el
cuquito apreta contra los obreros y los pequeños y medianos productores, se
dispara el dólar, hay mayor recesión, suben las tarifas públicas un 10% y crece
desmesuradamente la inflación principalmente los precios de la canasta
alimentaria y los productos que consumen los pobres de nuestro país.
Se beneficia la alta burguesía comercial y los
terratenientes junto a la oligarquía financiera más que nunca.
El coronavirus, siendo un problema real y muy grave de
salud que hay que prevenir y combatir, sirve también como elemento de
distracción para tratar de evitar la movilización de la clase trabajadora.
En el mundo, la guerra del petróleo vuelve a
instalarse, y junto a la pandemia opera en favor de la recesión mundial y la
caída de las bolsas. De ahí viene el mayor ajuste de los imperialistas contra
los países oprimidos del tercer mundo, principalmente contra sus trabajadores.
¿Qué es el
fascismo?
…“El fascismo es el poder del propio capital
financiero. Es la organización del ajuste de cuentas terrorista con la clase
obrera y el sector revolucionario de los campesinos y de los intelectuales. El
fascismo, en política exterior, es el chovinismo en su forma más brutal que cultiva
el odio bestial contra los demás pueblos”. (Jorge
Dimitrov. El fascismo y la clase obrera).
Esta definición clara del autor, desenmascara la
demagogia con la cual se disfraza el fascismo, para arrastrar tras de sí a las
masas de la pequeña burguesía castigadas por las crisis económicas, e incluso
decía el mismo Dimitrov, “a algunos sectores de las capas más atrasadas del
proletariado, que jamás hubieran seguido al fascismo si hubiesen comprendido su
verdadero carácter de clase, su verdadera naturaleza”. (Jorge Dimitrov. Ídem).
A la vez, el lumpen proletariado es también utilizado
para los fines del fascismo, a través de las campañas de seguridad ciudadana.
Se utilizan los hechos de violencia, los hurtos, las rapiñas y los homicidios
perpetrados por el lumpen proletariado, para de esta forma a través de los grandes medios de comunicación
masiva, ir generando en la población un sentimiento de inseguridad tal, que
llegue a pedir más represión y más mano dura, sin llegar a pensar que esa mano
dura será utilizada más contra los obreros
y el pueblo que luchen por sus reivindicaciones, que contra los que
cometen delitos.
Las medidas reaccionarias de las clases dominantes que
se van implementando fuertemente en los países democrático-burgueses, medidas
que reprimen las libertades de los trabajadores de ir a la huelga, de realizar
movilizaciones, realizar ocupaciones que son parte del derecho a la huelga,
reprimir a las minorías étnicas y a los pueblos originarios, a las mujeres que
luchan por todos sus derechos, que reprimen a los estudiantes y expulsan al
pequeño y mediano campesino para favorecer a grandes monopolios imperialistas,
magnates de la celulosa, la forestación y la soja transgénica, llevan por el
camino de la pérdida de libertades y desembocan tarde o temprano, en el
fascismo.
En estos tiempos, el fascismo generalmente llega luego
de una serie de etapas preparatorias que realiza la burguesía, principalmente
la gran burguesía aliada al imperialismo mediante la toma de una serie de
medidas reaccionarias, antipopulares, que facilitan su acceso al poder. Por lo
tanto, el pueblo trabajador debe estar preparado y dispuesto a dar la lucha
contra estas medidas reaccionaria plasmadas en la Ley de Urgente Consideración
para frenar el avance de este tipo de fuerzas, que no son un simple cambio de
gobierno, sino que será el cambio de la democracia burguesa parlamentaria, por
la dictadura terrorista abierta de la oligarquía pro imperialista y los
militares una vez más.
El oportunismo encaramado en la dirección del movimiento
obrero y los representantes del progresismo, no están en condiciones de
enfrentar al fascismo que representa los intereses del capital financiero para
impedir su victoria. A la vez le temen a la revolución proletaria porque
perderán sus privilegios, y hacen campaña en contra de los sectores
revolucionarios, culpabilizándolos de su derrota electoral en octubre y
noviembre, en lugar de sincerarse ante las masas reconociendo su política de
engaño y de salvación del capitalismo imperialista, cosa que no harán jamás.
Pero las masas los han castigado por su política entreguista, por firmar con
UPM2, por entregar la tierra a extranjeros, por cambiar la producción nacional
de alimentos por el modelo forestal celulósico que tantos problemas le trae al
Uruguay y su gente.
Claro que las masas no hicieron la síntesis correcta
de qué se venía con el voto a la derecha
y hoy sufrimos las consecuencias. Pero la lucha es la mejor escuela para el
aprendizaje de la clase trabajadora, y el oportunismo lo sabe y por eso la
frena; de ahí la importancia de la conformación de agrupaciones clasistas y
combativas como única herramienta para defender los intereses de la clase
obrera y el pueblo.
…“El fascismo logra atraerse a las masas porque
especula de forma demagógica con sus necesidades y exigencias candentes. El
fascismo no sólo azuza los prejuicios hondamente arraigados en las masas, sino
que especula también con los mejores sentimientos de éstas, con su sentimiento
de justicia y, a veces, incluso con sus tradiciones revolucionarias”…” (Jorge Dimitrov. Ídem).
Hoy está claro que las necesidades planteadas por las
masas, justamente están enfocadas en la seguridad, que no es solamente reclamo
de mayor presencia policial para evitar el delito, sino que engloba una
situación que implica también la falta de empleo, inseguridad que da el sistema
de salud pública y privada, la pobreza, la posibilidad de caer en la
indigencia, la falta de rumbos claros en la educación, etc. Toda esta
problemática se presenta como vivencia de impotencia que obtura las
posibilidades del pueblo trabajador de forjarse un futuro venturoso. A la vez,
invisibiliza posibles salidas a las situaciones críticas que están viviendo
cientos de miles de uruguayos muchos de los cuales están viendo en la
ultraderecha, una fuerza capaz de solucionar en forma rápida y eficaz, lo que ven (con ayuda de los grandes medios de
comunicación), como causa de su desgracia. Aprovechando una situación subjetiva
de las masas trabajadoras, las clases dominantes se lanzan a la toma del
gobierno y el poder. Los grandes medios de comunicación para la propaganda, las
iglesias de todo tipo para “refugiar a los indefensos” y demonizar a la lucha
del pueblo trabajador, a las luchas de las mujeres por sus reivindicaciones,
demonizar a las minorías como las organizaciones LGTB, las luchas de los
docentes por una educación pública de nivel y en favor de las clases populares
y todo lo que contradiga su proyecto de país exclusivo.
El 8 de marzo, las mujeres dieron una vez más un gran
ejemplo de movilización y combatividad. La lucha de las mujeres no se verá
jamás empañada porque se suban elementos
de las clases dominantes y del oportunismo a sus movilizaciones, mientras se
mantengan a la vanguardia las luchadoras conscientes de los intereses de las
mujeres del pueblo trabajador, con todas sus variantes. Queda claro quien fue a
caretear, y quienes llevan adelante sinceramente la lucha por la liberación de
la mujer. Las compañeras nos enseñan permanentemente eso.
Los mecanismos de depositación en política.
A partir de que
el Frente Amplio perdió las elecciones en noviembre de 2019, desde el progresismo se deposita la causa de haber tenido este revés
electoral en las organizaciones revolucionarias, los sindicatos que diron la lucha por sus reivindicaciones con independencia de clase y otros lugares que no son los correctos. Con total falta de
autocrítica, el mensaje que se está dando a sus militantes y
votantes por parte de la dirigencia progresista, es que si la UP, o las demás fuerzas hubiesen votado al FA, no se habría perdido. Para ellos no está la falla en la
aplicación de su programa ayornado y falta de contenido popular, que en realidad no apunta a ningún cambio real en
nuestra sociedad, que es continuista en las políticas de entrega del país a las
multinacionales imperialistas como UPM2, y a las políticas imperialistas de
primarización de la economía, que
destruye la industria y la producción nacional. Para esos dirigentes no está en su ajenda el realizar una autocrítica y corregir el rumbo tomado.
Lo que sucedió realmente en noviembre de 2019, es que no supo el progresismo cómo saldar sus diferencias internas, como explicar a las masas sus políticas antipopulares, los resultados de una nefasta política económica que llevó a un grave aumento del desempleo, de cierres de empresas, de una crisis en los tamberos pequeños y medianos, una contaminación ambiental muy seria, la ley de riego que favorece a los grandes terratenientes, una pérdida del salario real que se agravó luego en marzo con la coalición multicolor de derecha y ultraderecha. No quedaron bien parados frente a las masas con el acuerdo secreto entre el gobierno de Tabaré Vázquez y UPM2. El pueblo no olvidó las cuestiones como PLUNA o ANCAP, la regasificadora o ALUR. donde se perdieron millones de dólares.
Las declaraciones de Mujica en contra de la lucha feminista, criticando a candidatos frenteamplistas en plena campaña y siempre despotricando contra los funcionarios públicos y los trabajadores en lucha, parece que no se vió en los acólitos progresistas.
Y si bien no son lo mismo que esta derecha reaccionaria y peligrosa para la democracia, tienen mucho quer ver con la situación actual que estamos viviendo y con el rumbo económico que estamos sufriendo los trabajadores.
Por lo tanto, para salvar esta situación y cambiar el rumbo económico defendiendo los intereses de la clase obrera y el pueblo, debemos construir más organización en el seno del clasismo para dar la lucha en contra de la Ley de Urgente Consideración, defender las fuentes de trabajo y el salario real, combatiendo la línea del oportunismo que se alínea con las cámaras empresariales en el discurso que opone salario o trabajo.
Fuentes consultadas: Jorge Dimitrov. El fascismo y la clase obrera.
Mensuario "La Verdad". PCR.Uruguay.
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