EL FUTURO DEL SIRPA DEPENDE DEL PLEBISCITO.
Estamos viviendo un momento político en nuestro
país, en donde además de la preocupación que tienen los trabajadores sobre los
índices de inflación que castiga sobre todo en los artículos de primera
necesidad: comestibles, transporte, educación, tarifas públicas, salud,
vivienda y vestimenta, se presenta el problema de la seguridad ciudadana como
un tema de campaña política en todos los partidos para las próximas elecciones
nacionales de octubre en primera vuelta. Como un tema aislado y sin nominar sus
causas, que son sin equivocación alguna, la carestía y el mensaje neoliberal
del consumismo en la sociedad.
En ese marco, es que los partidos de la oligarquía por medio del Partido
Colorado presentan una reforma constitucional que presenta como hecho
significante la baja de imputabilidad a los menores de 18 años a 16, lo que
implica la aplicación de la ley penal de adultos a los delitos cometidos por adolescentes
a partir de esa edad.
Esta posibilidad cierta de que el plebiscito
gane en las elecciones nacionales, llevó a una reforma en el INAU creando el
SIRPA, que según una ley promulgada por
el año 2011, se debe transformar en el Instituto de Responsabilidad Penal
Adolescente, como una nueva institución, separada del INAU.
El Directorio de éste, la Comisión Nacional
Delegada del SIRPA y el Sindicato SUINAU se manifestaron junto a la COFE y al PIT-CNT en contra
de la baja a la edad de Imputabilidad por considerar, que pensar a los jóvenes
como causantes de la inseguridad ciudadana es una falacia que no soluciona el
problema, sino que castiga a los jóvenes pobres de nuestro país.
Pero en la realidad se vislumbra que según las encuestadoras más
consultadas por los sectores políticos, el plebiscito marcaría una tendencia en
la población a votar por la baja de la imputabilidad. Eso marcaría entonces un
cambio de rumbo en las políticas sobre la niñez y la adolescencia en riesgo
social, que llevará a la separación (como marca la ley ya promulgada), del
SIRPA del INAU.
Solamente una gran movilización popular
convocada por el PIT-CNT, perdurable en el tiempo desde aquí hasta octubre
podrá parar las intenciones de los sectores políticos que pretenden esa reforma
constitucional reaccionaria y violatoria de derechos fundamentales.
Es necesario aclarar que hay una gran campaña
por la supuesta Seguridad Ciudadana, mientras encontramos falta de prevención
en las acciones del ministerio del interior que está demostrando inoperancia en
muchos barrios de contexto crítico, donde viven los obreros y trabajadores de
capas bajas y medias.
Es muy difícil revertir la sensación de
vulnerabilidad que sufren los ciudadanos de nuestro país en estos momentos. Es
comprensible que vean el problema desde
el hecho inmediato de la violencia de la cual son víctimas muchos de ellos,
donde se incluyen casos de muertes, robos con ejercicio de la violencia, etc.
Pero las cifras indican que las cifras de delitos cometidos por menores de 18
años es mucho menor que las cometidas por mayores, pero eso no se propagandea
con la intensidad con la que se exponen en los medios masivos de comunicación
los delitos cometidos por los primeros.
En más de una oportunidad hemos expresado la
idea de que nuestra institución, el INAU, está siempre atravesada por los
contextos políticos, y hoy en este tema no es diferente, y la situación se
agrava desde que el Frente Amplio se muestra vacilante, dividido en las
opiniones y silencioso en referencia a este tema, y sus acciones no acompañan
el no a la baja. La promulgación de la
Ley de creación del
IRPA es una muestra de ello.
La cuestión es que si el plebiscito de octubre
que pretende bajar la edad de imputabilidad de 18 a 16 años logra los votos
necesarios, el Hoy SIRPA se convierte en IRPA y queda separado del INAU. Esto
queda reñido con la línea que el
“progresismo” agitaba en el comienzo de
su primer gobierno, en cuanto al paradigma de la protección integral de la
niñez y la adolescencia de nuestro país. Esta línea de pensamiento, trata al
niño y al adolescente como sujeto de derechos, concibe a la adolescencia como
una etapa de crecimiento, de des estructuración y re estructuración del sujeto,
como etapa de transición entre la niñez y el ser adulto. Si en esta etapa el
sujeto queda atrapado, suspendido por el encierro sufrido por demasiado tiempo,
de toda actividad cultural, intelectual o de trabajo, de experimentación
vivencial en sociedad durante su adolescencia, será muy difícil su inserción y
su habilitación para que pueda vivir en conexión con el mundo de la educación y del trabajo. Se
transformará seguramente en un individuo desconfiado del hacer colectivo y
socializador, verá en el otro como una amenaza latente y se activarán sus mecanismos de defensa menos
humanos, como la agresividad transformada en actos de violencia, y su forma de
supervivencia serán los más primarios y recaerá en la infracción a la ley
penal. Será un individuo identificado con líderes negativos y de conductas
disociales continuadas.
No nos resignamos a no dar la lucha en contra de estos embates reaccionarios,
derechistas que pretenden castigar la pobreza en lugar de erradicarla mediante
políticas de empleo genuino, protegiendo el trabajo y la producción nacional.
El SUINAU debe tener un mayor protagonismo
junto a la COFE
en la lucha por el No a la Baja
de la edad de Imputabilidad. También debemos dar la lucha en contra del aumento
de las penas de 5 a
10 años a los jóvenes menores de 18 años. Tenemos que pensar en el futuro que
está en manos de los jóvenes, muchos de los cuales han cometido infracciones a
la ley penal. Más inversión en educación y menos en represión es lo que
necesitamos para cambiar esta realidad que nos golpea duramente, y siembra en
la ciudadanía el temor y la inseguridad.
El rumbo que está tomando nuestra sociedad es
el de entrar en una espiral de violencia generada por el miedo y la
inseguridad, que en primera instancia está instalada en los propios
adolescentes, que crecen sin verse proyectados en un futuro promisorio.
Pensar en el problema para resolverlo, vale la
pena; pero hay mucho negocio en la represión, en las empresas de seguridad y en
la construcción de cárceles y en el trabajo carcelario.
Jorge Pérez
No hay comentarios:
Publicar un comentario