domingo, 11 de febrero de 2018

 La protesta campesina de enero 2018.
Las protestas de   todos los sectores del campo en nuestro país se  vienen dando desde hace un tiempo, pero tiene un hito el 23 de enero en Durazno, ocasión en que se reunen miles de  campesinos de diferentes estratos sociales, que van desde grandes poseedores de tierras y arrendatarios, hasta pequeños y medianos productores, hortifrutícolas, pequeños ganaderos y tamberos, a los que se sumaron trabajadores rurales sin tierra, colonos y hasta transportistas, siguió luego de una reunión con el Presidente Tabaré Vázquez y algunos de sus ministros, y con la vigilia realizada el 31 de enero y 1| de febrero del 2018 al haber considerado insuficientes las medidas tomadas  por el Gobierno para paliar la situación de endeudamiento y expulsión del campo que viven los pequeños y medianos, y la baja rentabilidad que tienen en estos momentos los sectores arroceros y otros agroexportadores, debido al precio del dólar, lo que llamamos atraso cambiario.
Un poco de historia .
 Haciendo historia  de la más reciente del movimiento de productores rurales, tal vez nos  debamos retrotraer al año 2002, gobierno de Jorge Batlle donde miles de productores de todos los tamaños, incluidos trabajadores rurales se vinieron a Montevideo con sus caballadas bajo la consigna de "rentabilidad o muerte". En ese entonces los problemas planteados eran exactamente las mismos: baja rentabilidad para los grandes exportadores, y amenaza de cierre y endeudamiento crónico para los medianos y pequeños, falta de trabajo para el asalariado rural.
En ese entonces, el Frente Amplio, el PIT-CNT y todos los sectores populares prácticamente salvo los trotskistas y anarquistas, vimos con simpatía ese movimiento, los Comunistas Revolucionarios siempre diferenciando al asalariado rural, a los colonos pobres y a los pequeños y medianos productores, de los grandes terratenientes y el capital imperialista.
Pero en ese entonces, debemos recordar que uno de quienes lideraba esa gran movida era Gonzalo Gallero, quien  junto a otros como el Diputado Fratti, terminó en filas del Frente Amplio. 

Los pedidos de entonces: terminar con el atraso cambiario, reducción del precio del gas oil, y la energía eléctrica entre otras medidas, son muy similares hoy en el 2018.
Hoy hay hechos importantes que se agregan al problema rural que son generadores de conflictos en el campo uruguayo. Sumado al atraso cambiario que viene desde hace años, se produce un máximo de concentración de la tierra en pocas manos; la concentración de la mitad de las tierras cultivables del Uruguay en manos extranjeras que produce un aumento del precio de la renta de la tierra y de la hectárea de tierra misma.. Las grandes extensiones de plantaciones de soja transgénica pinos y eucaliptos, las tierras ocupadas por parques eólicos en manos extranjeras o privadas, han aumentado en gran escala el precio de la hectárea de tierra y por supuesto la renta. Este aumento de la hectárea productiva y de la renta de la tierra, perjudica a los tamberos, pequeños ganaderos y al sector arrocero también, que parte de su producción la cultivan en tierras de terratenientes que viven en la ciudad.
Si defendemos el trabajo y la producción nacional, debemos atacar la extranjerización de la tierra que está siendo vendida a sociedades anónimas para la instalación de zonas francas donde se plantan eucaliptos para las plantas de celulosa, soja transjénica o son tierras de paso de productos hacia Europa, China, etc.
Esto sume al país cada vez más en la dependencia y en la pérdida de soberanía alimentaria, ya que los pobres y medianos del campo,que se ven obligados a dejar sus tierras, son justamente, tamberos, productores de derivados de la leche, pequeños ganaderos o plantadores de frutas y verduras para la alimentación del pueblo trabajador. El achicamiento de las hectáreas dedicadas a la producción de alimentos encarece los mismos, junto a la intermediación infame que se da en los mercados de Montevideo. Como una reacción en cadena, expulsan también del campo a los asalariados agrícolas, parte de la clase trabajadora que los oportunistas dicen defender. Cada establecimiento que da mano de obra y cierra, es como cerrar una fábrica  o un taller en la ciudad.
Cifras que duelen. 
 Casi tres millones de hectáreas en Uruguay están repartidas entre sojeros y empresas forestales entre las que se encuentran UPM y Montes del Plata; más de la mitad de las hectáreas agropecuarias están en manos de extranjeros dedicadas a la soja transgenica, a la forestación, parques eólicos, zonas francas, todas ellas gozando de grandes exhoneraciones fiscales.
Esto lleva al endeudamiento de pequeños y medianos productores debido al gran aumento del precio de la tierra y la renta del suelo.
Los lecheros pequeños y medianos tienen una deuda de 350 a 400 millones de dólares en su totalidad, lo que equivale al precio de todo el ganado lechero del país.
1500 tambos cerraron en los últimos años, debido a que el agronegocio produjo un aumento del precio de la tierra y de las renta de la misma. También se produce por añadidura un aumento de los alimentos,carne, frutas y verduras.
Por otra parte, las rebajas al gas oil y las tarifas de energía eléctrica prometida a los pequeños y medianos productores, se harán a través de la quita del IVA luego de un aumento general de las mismas, de un 3,2% para la electricidad y un 4,8% para el gas oil. Mientras tanto la deuda externa de nuestro país llega a casi 60.000 millones de dólares, y el gobierno paga por conceptos de intereses y moras, 3000 millones de dólares al año.
Las exenciones al gran capital en nuestro país son de 2000 millones de dólares.
Los habitantes asentados en el campo llegan al 5% de la población total.
En el año 2011 las plantaciones de soja transgénica y la forestación ocuparon 2.617 millones de hectáreas, lo que equivale a un 16% de las 16.360 millones de hectáreas productivas de nuestro país.
En 1990 la forestación ocupaba 186 mil hectáreas, en el 2000 ya eran 660 mil y en el 2011 llegaron a ser 1.071.128 las hectáreas ocupadas por la forestación.
Mientras tanto la soja ocupaba 404,291 hectáreas en el año 2000 y llegó a ocupar 1.545.889 en 2011 según cifras de la Dirección de Estadística Agropecuaria. Se da un proceso de disminución del área sembrada de praderas,; el precio de la tierra pasa de 448 dólares la hectárea a 3,594 dólares la hectárea. En el año 2014 llega a un pico de 3.934 dólares la hectárea el precio de la tierra.
El arrendamiento anual pasó de 28 dólares la hectárea a 124 dólares en ese período. en el 2014 llegó a un pico de 174 dólares la hectárea en arrendamiento según la DIEA.
Ley de Riego.
 A todo esto se suma la promulgación de la Ley de Riego, último acto de gobierno del ex Ministro Aguerre, empresario Arrocero amigo también de Mujica, una ley que va en contra de los derechos al acceso al agua de todos los uruguayos, dejando en manos de los que serán dueños de los cauces y embalses, un derecho vital , el más importante para la sobrevivencia del pueblo y el medio ambiente, perjudicando a los pequeños y medianos productores y a toda la población. Es otra medida para favorecer al gran capital exportador nacional y extranjero sin tomar en cuenta los intereses generales de la población. Ahí van atados los grandes sojeros, los arroceros y los cultivadores de la forestación.
Y como ganancia extra para quienes se adueñen del agua, la ley permite vender energía generada a UTE, ENTE ESTATAL QUE SE VERA OBLIGADO A COMPRAR LA MISMA A LOS EMPRESARIOS AUNQUE NO LA NECESITE. Otro mal negocio para el Estado que el pueblo trabajador se verá obligado a pagar en las tarifas del ente energético.
El pueblo trabajador se levanta en contra de esta Ley, que a iniciativa del Sindicato de la FFOSE inició una recolección de firmas para lograr un referendum que derogue esta ley injusta y antipopular.
El presente es de lucha, el futuro es nuestro. 
 En este contexto percibimos un año 2018 de lucha. Con un eje principal marcado por la juntada de firmas contra la Ley de Riego, la lucha por presupuesto para la Educación, la Salud  la atención de la niñez y la adolescencia en situación de riesgo social, la Vivienda Digna para todo el pueblo trabajador, y también la lucha por el salario y condiciones dignas de trabajo para los públicos, y también para los privados en la negociación colectiva.
Este gobierno tratará de dividir al campo popular a los efectos de salir de su situación de debilidad, en un contexto que está teñido de lucha preelectoral. Nosotros no debemos en función de esta situación, dejar de luchar por los verdaderos intereses de la clase trabajadora y el pueblo.
En esta etapa que definimos como una larga etapa del imperialismo y las revoluciones proletarias, debemos forjar la construcción del Frente Ünico Antiimperialista con todos los sectores que sean expoliados por el capital extranjero y la oligarquía criolla representada por los grandes terratenientes nativos que arriendan sus campos y la gran burguesía compradora intermediaria. Debemos definir a este gobierno del Frente Amplio como pro imperialista, por las medidas económicas y políticas que ha tomado desde su ascenso al gobierno jugandose a la inversión extranjera y a la atraccion de capitales financieros, destruyendo la industria nacional y la pequeña y mediana producción del campo, arriesgando seriamente la soberanía alimentaria y el cuidado de nuestros recursos naturales. Mientras en áreas como la producción, atraso cambiario, política de derechos humanos y juicio y castigo a los criminales de la dictadura fascista que dio el golpe de Estado en el año '73, continúa siendo omiso e incumpliendo con lo predicado en su campaña electoral. Este es un gobierno del oportunismo, el revisionismo y la social democracia que no son otra cosa que disfraces políticos de una avanzada proimperialista que sume al país en la dependencia y el atraso en todos los niveles, llevando a la primarización de nuestra economía que a la vez produce desempleo, empleos precarios y salarios miserables. 
En nuestra campaña, como en la sociedad toda, existe la unidad de contrarios, cuyos conflictos se resuelven dialecticamente  mediante el método de unidad y lucha. No hay unidad sin lucha ni lucha sin unidad. Unidad para combtir a la oligarquía y el imperialismo, y lucha para lograr mejoras en las condiciones de trabajo, salario de los traajadores, condiciones dignas de trabajo, defensa de las unidades proiductivas o cooperativas de producción nacional; pasra lograr tierra para quienes la trabajan,y que se cumplan con la jornada de  8 horas para el trabajador rural y no quede en el papel solamente lo escrito en la Ley.
Caracterizamos nuestra lucha en esta etapa, como de liberación nacional en tránsito ininterrumpido al socialismo. Pero esta primera etapa, es por su carácter, democrática y antiimperialista, por lo tanto no debemos estar ajenos a los problemas de los productores pequeños y medianos, e incluso terciar en las contradicciones entre la burguesía nacional y la oligarquía aliada al imperialismo.
                                                                                 Jorge Pérez






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