domingo, 21 de diciembre de 2014

Olvídalos y volverán por más.

Parafraseando el título de una canción de HERMÉTICA, titulamos esta nota que escribimos para definir lo que hacen las multinacionales imperialistas, dedicadas a la extracción de canteras, ya sea de piedras, metales preciosos, minerales, o petróleo, etc. 
Ayudados por una Ley de Minería, reformulada y puesta a punto en estos últimos diez años vienen a nuestras tierras, hacen investigaciones de lo que se puede extraer, presentan un proyecto al Poder Ejecutivo, a través del MTVOTMA, y la DINAMA señalando los lugares donde deben perforar. Se exige que presenten también un proyecto de reducción del impacto ambiental que sus actividades tendrán, para mitigar los daños a la población u otras producciones que haya en la zona.
Luego la empresa, con autoridades de gobierno realizan una audiencia pública ante los vecinos de la zona, donde presentan sus futuras actividades.
Así pasará en Joaquín Suárez el próximo 22 de diciembre en el salón parroquial de 
la Ciudad. 
Alrededor de 200 vecinos se presentaron el viernes 12 a una reunión con las autoridades municipales y del Gobierno Departamental, para decir no a esta Explotación de la Cantera de Suárez. Porque atenta contra las viviendas de los pobladores, contra la producción vitivinicola del lugar que emplea a mas de 90 trabajadores, porque atenta contra el trabajo y la producción nacional, y no deja nada para el pueblo canario. Sólo beneficios a una empresa, la cual el 60 por ciento de sus capitales son españoles y chilenos. En este proyecto, los únicos beneficiarios son los dueños de la empresa, porque estarían abaratando costos por la cercanía de su planta de producción en la calle Oncativo, en Montevideo. 
La intención de Cementos Artigas es la extracción de granito, y para ello aumentaría la superficie 20 veces de lo que es ahora, dañando los viñedos VUDU situados pegados a dicha cantera, pero además la intención de Cementos Artigas, es lograr la expropiación de gran parte de los viñedos para la extracción de piedra.
Además la polucion de polvo y la polucion sonora, atentan contra la salud de una zona densamente poblada, destrozará la camineria existente, ya que piensa que saldrá un camión de 30 toneladas cada 10 minutos, empleará a solamente 13 personas que ya son trabajadores de la empresa y en un máximo de 10 años dejará el pozo, y la ruina para Joaquín Suárez. A esto le sumamos el atentado que resulta a los institutos educativos de la zona: El Liceo de Joaquín Suárez, las escuelas 124 y 228, la escuela 220 especial, y otra escuela de tiempo completo que funciona en una villa cercana a la Ciudad, a unos 2 kilómetros.
Esta empresa piensa en un mínimo de 20 detonaciones por mes y creemos que pasará cada una, los 80 decibeles de potencia sonora, que sería el máximo permitido para mantener la salud de la población. 
Tendremos: contaminación sonora, desborde de arroyos por el desagüe de la propia cantera, formando terrenos inundables donde ya los trabajadores construyeron sus viviendas, destrucción de las vías de acceso a los barrios "La Esperanza" y "Artigas" así como de Camino del Andaluz,(ruta 84). Las vibraciones producidas por los barrenos en el terreno, provocará rajaduras en paredes y techos de una zona densamente poblada que va más allá de los barrios mencionados, y eso lo saben por experiencia los vecinos del lugar.
Los vecinos de Suárez no olvidaremos. No dejaremos que vuelvan por más. El gobierno será responsable si este emprendimiento se lleva a cabo, con los daños que conlleva para el pueblo trabajador y la producción chacrera y vitivinicola que existe en la zona.
NO A LA EXPLOTACIÓN DE LA CANTERA DE SUÁREZ!!!
EN DEFENSA DEL TRABAJO Y LA PRODUCCIÓN NACIONAL!!!
TODOS EL 19 DE DICIEMBRE AL SINDICATO DEL SUINAU DE SUÁREZ Y EL 22 A LA AUDIENCIA PÚBLICA EN EL SALÓN PARROQUIAL!!!
A DECIR ¡NO A CEMENTOS ARTIGAS EN NUESTRA CIUDAD!!!!

lunes, 24 de noviembre de 2014

SIRPA:
Se terminó el navegar en aguas calmadas.

Desde hace un tiempo, empezaron en el SIRPA a suceder lo que históricamente pasa en épocas de fines de año.
Hechos de violencia protagonizados por jóvenes internados, que incluyen  agresiones entre adolescentes entre sí y de éstos hacia los educadores, intentos de fuga, fugas, motines y el contexto ya no es el mismo. Se acabó la tensa calma en la privación de libertad al menos en algunos centros importantes. Tenemos compañeros lastimados nuevamente, adolescentes fugados, inseguridad en el trabajo, sumarios administrativos a funcionarios y hasta denuncias penales( de parte de padres de jóvenes y de parte de la Comisión Nacional Delegada también). Terminó "la mejor gestión de todas" de las que hablan algunos compañeros. 
En la privación de libertad para jóvenes menores de 18 años, que esta dentro de un sistema penitenciario aunque se lo quiera ocultar tras retóricas palabras, en el sistema capitalista dependiente como el nuestro no mejora la situación de nadie y se hace difícil la inserción social y laboral de los jóvenes en perpetua situación de riesgo.
Estos acontecimientos no queridos por nadie reflejan la precariedad de las condiciones de trabajo de los educadores, personal de la salud y de todos los que nos encontramos trabajando en trato directo. Se nota el desgaste de muchos funcionarios en muy corto tiempo. Se demoran los llamados a concurso de funcionarios educadores, se toman "talleristas " para múltiples funciones y los que entran como educadores ingresan sin ninguna formación específica para el cargo que desempeñarán.
La realidad concreta desenmascara la situación que estamos viviendo, revelando la verdad de los acontecimientos. Hoy estamos nuevamente ante situaciones de riesgo, a causa de carencias de recursos humanos formados, y recursos materiales. Cada día se incrementa el número de internados con privación de libertad y campea el hacinamiento de adolescentes en los diferentes Centros del SIRPA, tanto en Montevideo como en Colonia Berro.
Mientras  los trabajadores sufrimos esta situación, la mayoría de nuestra dirigencia sindical tiene el concepto de que esta es la mejor gestión del SIRPA en mucho tiempo. Respetamos a quien piensa diferente pero no compartimos esta opinión. pensamos que cada Directorio de INAU y hoy de SIRPA, que ha pasado por la institución, gasta demasiado en convenios con ONGS, O SEA QUE TERCERIZA SERVICIOS, no reconoce los saberes que tiene en la institución y no organiza sus recursos humanos con idoneidad no explotando las potencialidades de su personal correctamente, y de esa forma gasta la mayor parte de su presupuesto en privatizaciones de servicios que puede llevar adelante con su propio personal a la vez mejorando sus salarios.
Entre gallos y medias noches se va forjando la reforma de la institución. De los concursos en serio para la ocupación de cargos de responsabilidad ni hablamos. De las separación de SIRPA del INAU que se viene, nadie parece estar enterado pero se están dando pasos que nos hacen pensar que se producirá mas temprano que tarde.
¿Que pasará luego con nuestro Sindicato? Eso merece una profunda discusión con gran participación de los trabajadores, así como la situación en que quedarán los trabajadores presupuestados  o que tienen contratos con INAU y no con SIRPA. 
Se presentan grandes incógnitas e inseguridades para los trabajadores. Creemos que sería un buen camino, el encuentro con todos los trabajadores del INAU  y el SIRPA PARA TOMAR POSICIÓN DE CONJUNTO al respecto de todos estos temas que estamos viviendo, y sobre lo que vendrá. 
                                                                                         Jorge Pérez.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Defender el salario real sin cortapisas.
Como sabemos todos los trabajadores estatales, nuestros aumentos salariales se dan cada doce meses tras la discusión en los Consejos de Salarios.
El oportunismo aliado al gobierno lo da como un gran logro de la clase trabajadora a esto de la negociación colectiva. "Ni tan tan, ni muy muy dicen en la quince"; el tema es que esta negociación viene entrampada entre los "techos máximos" que pone el gobierno, y los cálculos del IPC QUE SE REALIZAN, Y QUE SON EL PROMEDIO DE TODOS LOS BIENES Y SERVICIOS QUE SE COMERCIALIZAN EN EL PAIS, forma de ocultar el gran aumento que sufren los artículos de primera necesidad.
A manera de ejemplo, ilusatraremos con cifras concretas y oficiales, este IPC dado en el 2014, y como influye en la pérdida salarial de los trabajadores que menos ganan, los jubilados y pensionistas, changadores, etc.
En octubre de 2014, el gobierno dio como aumento del IPC un 0,59%, promedio que disfraza las desugualdades sociales. Porque el pan y los cereales subieron 1,63% en el mismo mes, el arroz un 1,63%, los fideos 1,16%, la carne vacuna un 2% y la leche 1,60%.
Si tomamos como referencia el período enero- octubre de 2014, el gobierno da como que el IPC fue de un 8,68%. Sin embargo en el mismo período, el pan subió un 9,28%, la carne vacuna un 13%, la leche un 12% y las hortalizas y legumbres un 25% nada menos. Esto golpea mucho más a los cientos de miles de trabajadores que ganan entre 10 y 14 mil pesos mensuales o menos aún, que a los ricos de nuestro país evidentemente.
En esta forma de calcular el IPC el gobierno, con la complicidad del oportunismo en el movimiento sindical, logra no llegar a dos dígitos de inflación, lo que obligaría por ley, a discutir los aumentos salariales en períodos mas cortos de tiempo, y creemos que ya es hora de luchar porque los aumentos de salarios se negocien cada seis meses o menos, para evitar la pérdida de poder adquisitivo que estamos viviendo los de abajo.
Jorge Pérez.


viernes, 19 de septiembre de 2014

Todo depende de la vereda en que estés parado.

Estamos en una etapa en que se definirá en escasos días, qué patrón nos explotará mejor en los próximos 5 años. Se darán en las elecciones del 26 de octubre próximo, los resultados que el pueblo elija, en unos comicios en los cuales los partidos que hoy no tienen representación parlamentaria, tienen muy escasas posibilidades de llegar a la presidencia, aunque sí existe la posibilidad de esta vez contar con el apoyo popular suficiente como para tener representación parlamentaria en el próximo período. Es este el primer paso para salir de la dependencia como país (se crea o no), porque se transformará el parlamento en campana de resonancia de los verdaderos intereses de los trabajadores, los ideales de liberación nacional y de las ideas de nueva democracia en tránsito al socialismo. Porque todo aquello que el "progresista" Frente Amplio no hará en ese sentido, lo denunciará el parlamentario representante de la clase obrera y el pueblo, y la organización política nacida de las entrañas del pueblo trabajador dará comienzo a un nuevo camino de lucha en nuestro país. El pueblo estará informado de las medidas contra la extranjerizacion de la tierra, de qué hacer  por trabajo y salarios dignos, por la defensa del trabajo y la producción nacional, por reforma agraria para dar tierra a quienes la trabajan, por reforma tributaria que quite el peso del IRPF y el IVA de los hombros de los trabajadores, y realmente se pase el peso impositivo a los que mas tienen.
El 18 de setiembre, se realiza un paro parcial del PIT-CNT, para destacar los logros para los trabajadores obtenidos durante los gobiernos del Frente Amplio. El oportunismo ya tiene su apuesta hecha, y para favorecer a su fuerza política y obtener cargos parlamentarios y en el Estado, se ve obligado a entrar también en la campaña, y en ella acudir al cuco del regreso de las "centurias negras" de la derecha tradicional. Muy lejos están los "dirigentes" de los trabajadores, ( en su mayoría ) de la lucha por un gobierno obrero y popular. 
Pero las fuerzas populares van creando sus propias organizaciones políticas, que van creciendo y conformando el frente único anti imperialista, conceptos dejados de lado por la pseudo izquierda hace ya mucho tiempo. 
El neo batllismo con que sueñan muchos dirigentes frenteamplistas en pleno apogeo neo liberal en lo cultural e ideológico, es nada más ni nada menos que el incremento de la dependencia del capital imperialista, para favorecer la inversión extranjera, la burguesía agroexportadora y comercial,  el capital financiero, y hacer cargar la profunda crisis cíclica del capitalismo que estamos viviendo, sobre los hombros de los trabajadores.
Por eso tenemos inflación, se impone la corrección al alza del precio del dólar y se retacea la distribución de la riqueza, se niega el 6% para la educación, no se invierte en salud y vivienda para los trabajadores, y se recortan los salarios aumentando a la vez, los precios de los productos y servicios que consume el pueblo. 
Además, la mitad del impuesto a la renta, según expresiones de Bottinelli de la encuestadora FACTUM, va a parar a exhoneraciones de impuestos a inversores extranjeros. ¿¡Cuantas veces subió la carne en este país en el 2014?! En setiembre sube 4 pesos más.
En lo que a nuestro Gremio se refiere, no vemos que estemos al alcance de las circunstancias en referencia a la poca lucha que se viene dando dadas las circunstancias de malas condiciones de trabajo, situaciones de riesgo para los trabajadores en los centros de privación de libertad del SIRPA, y además de la falta de ingreso de personal por concurso, y el concurso real para cargos de responsabilidad, que garantice que quienes tienen puestos de mando, no sea por amiguismo sino por capacidades y experiencia.
Seguimos luchando por el NO A LA BAJA DE LA EDAD DE IMPUTABILIDAD A MENORES DE 18 AÑOS, por considerarla una medida reaccionaria y falta de creatividad y de inversión para el trabajo con nuestra juventud en términos de educación, inclusión social, ofertas de trabajo y actividades culturales y deportivas inclusivas. 
Por todo lo dicho, estamos en sintonía con la revolución artiguista, agraria y de liberación nacional, que tenemos el deber histórico de concluir junto a los países hermanos de la región.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

El  panorama en los nuevos tiempos.

Desde las últimas elecciones de nuestro Gremio, nuestra comunicación con nuestros compañeros y el análisis de ese resultado y la nueva situación creada desde entonces, se hacen necesarios.
Es en este contexto, preelectoral en lo político, y la situación de nuestro Sindicato, la COFE y el PIT-CNT con sus vínculos estrechos con el Frente Amplio, y el oportunismo encaramado en las mayorías de las direcciones gremiales la "Corriente Sindical Clasista". Lista 917 toma posición y la explicita en el seno de la clase trabajadora.

El resultado de las últimas elecciones del SUINAU dio como amplia ganadora a la lista 10, que sacó 6 cargos en 9 en la Dirección Nacional, y 4 en 5 en la Mesa de SIRPA, 2 cargos a la Dirección Nacional logró la lista 1886 y 1 la lista 20 que también llegó a un cargo en la Mesa del SIRPA.
Con este resultado el oficialismo logra dominar ampliamente en el sindicato, porque aún en la lista 1886 opositora a la actual conducción, también conviven junto al zabalzismo, el trotsquismo, el anarquismo y los “independientes”, trabajadores que militan en filas del MPP y del P”C”U.
En estas condiciones, tenemos que seguir trabajando desde abajo, con  los compañeros en cada centro, tratando de que el gremio luche por soluciones a los problemas de los explotados.
La “Corriente Sindical Clasista”. Lista 917 trabajará desde las bases y consolidando el espacio  que conserva la independencia de clase a pesar del giro que se viene dando en el movimiento sindical uruguayo.
Defenderemos, discrepando de forma fraterna en lucha con las demás corrientes, nuestros principios que cobijan la defensa de los intereses de todos los trabajadores y sin superponer intereses personales. 
Los integrantes de la "Corriente Sindical Clasista", lista 917, nos debemos un encuentro donde considerar en lo que fallamos  y qué nos llevó a  perder nuestros lugares de dirección del gremio en estas elecciones, y considerar el momento por el cual atraviesa el país y el movimiento sindical en estos momentos, utilizando el método de la crítica y la auto crítica para seguir avanzando en nuestras propuestas.
En estos momentos en el SIRPA continuamos sufriendo el hacinamiento de jóvenes, el empeoramiento de las condiciones de trabajo, y la falta de recursos materiales y humanos para realizar nuestras tareas con eficiencia y eficacia. La inflación se come nuestros sueldos y no se llama a nueva ronda de negociación de los Consejos de Salarios. Empiezan a suceder  acontecimientos que preveíamos de acuerdo a las condiciones de trabajo que denunciamos en más de una oportunidad: el retorno de los motines que empezaron en el centro SER el día lunes 18 de agosto, rodeado de circunstancias muy sospechosas, como en otros tiempos.
Tenemos como punto de nuestra plataforma, la lucha por el No a la Baja de imputabilidad a menores de 18  a 16 años, por considerar que no es una solución al problema de la seguridad ciudadana, sino que es una medida reaccionaria en contra de los jóvenes, sobre todo los más pobres. Creemos en cambio, que se deben crear condiciones sociales para el desarrollo integral de los hijos de los trabajadores y de la población que vive en la marginación, en la exclusión del mercado laboral.
LA CORRUPCIÓN
En estos tiempos salen a la luz, hechos de corrupción en donde se encuentran involucrados dirigentes de los trabajadores organizados, lo que marca una falta  de ideología proletaria sin  ninguna duda, aunque las corporaciones del oportunismo pretendan justificar estos hechos como "errores de compañeros" que son aislados. Hubo  denuncias de este tipo en la comisión de vivienda sindical del PIT-CNT, en la Salud Pública en más de una oportunidad. Mientras tanto, a nivel de las instituciones, la Armada Nacional también se ve involucrada en este tipo de hechos de corrupción, con procesados incluidos, donde el caso PLUNA se destaca por la CAÍDA DEL MINISTRO DE ECONOMÍA FERNANDO LORENZO Y EL PRESIDENTE DEL BANCO CENTRAL. Este es un campo de lucha que debemos tomar muy en serio, si queremos cambiar el rumbo hasta llevar a la clase tabajadora al gobierno y al poder. y tienen que ver con el campo ideológico. Hay que combatir la ideología neo liberal del "hace la tuya", del concebir el ser y  el tener como la misma cosa, el valorar al hombre por los éxitos económicos sin importar los medios y no por los aprendizajes obtenidos, los valores del trabajo y la producción social, la solidaridad, etc. Hoy la lucha es contra de la connivencia entre la mayoría de los  dirigentes de las organizaciones populares y los gobiernos y las estructuras de poder, síntoma de degradación de los principios y de los valores de la sociedad en su conjunto, pero principalmente de la degradación de los valores de la clase trabajadora. Para ello es necesario ganar sindicatos, organizaciones sociales, y también mantener en vivo la llama de la lucha en el Parlamento, por lo que debemos impulsar a un compañero que verdaderamente  denuncie y no defienda el sistema capitalista dependiente, que luche por el socialismo y defienda los intereses de la clase trabajadora en el seno de las instituciones burguesas sin claudicaciones. Por lo tanto, octubre es una fecha clave, donde los trabajadores clasistas tenemos una cita ineludible con nuestras conciencias, para dar un paso más hacia la liberación nacional y el socialismo, dando nuestro voto a la Unidad Popular- Asamblea Popular en la primera vuelta.
Todo esto implica , la comunicación directa con los trabajadores y el pueblo. Conversar tocando todos los temas que son de interés del pueblo trabajador, y combatir las ideas neo liberales en el seno del mismo. La ideología de los trabajadores implica también una forma de vida, que el neo liberalismo trata de combatir culturalmente. El pensar en los intereses colectivos en contra de intereses individualistas de llegar a una vida suntuaria, considerar la superación que significa para el pueblo trabajador, el logro de avances colectivos en cuanto al acceso a la vivienda, la educación, el salario y el trabajo dignos, la cultura popular verdadera en contra del mensaje cultural de asimilar el éxito personal a la obtención de riquezas personales, pensamos que son de recibo.
EL VOTO EN BLANCO O ANULADO
La consigna "Yo voto Luchar" que aparece en grafittis por la ciudad, es inútil a los intereses de los  trabajadores. Luchar denota acción, y los revolucionarios no niegan ninguna forma de lucha en un período de acumulación de fuerzas, sabiendo cual es la forma principal y qué características toma, en cada etapa de la misma.. En las asambleas, los trabajadores votamos métodos de lucha, y éstos pueden variar según los objetivos concretos y el momento histórico que vive una sociedad determinada. En el terreno político, los trabajadores también deben tomar posiciones y defender sus intereses con un programa propio. Se pueden combinar los métodos de lucha, estudiando objetivamente la realidad concreta en el momento histórico concreto amalgamando los mismos para lograr el objetivo de realizar cambios profundos en nuestra sociedad.. Por lo tanto no eludimos la lucha parlamentaria para denunciar al sistema, como lo indica Lenin cuando se discutía en el Partido Bolchevique sobre la participación en la Duma, en momentos previos a la Revolución de 1917.
Por lo tanto, a no descartar ningún método de lucha para lograr introducir en el terreno político el programa de la clase trabajadora y el pueblo.

Hoy estamos viviendo una situación de casi monopolio sindical por parte del oportunismo. Las mayorías dirigentes tratan de que no se desarrolle ninguna lucha a pesar de que existen razones fuertes para que la clase trabajadora esté de pie. Cierran centros de trabajo, la inflación crece afectando sobre todo a los bienes de consumo de los trabajadores, las condiciones de trabajo empeoran, se extranjeriza la tierra cada vez más, se entrega la producción al capital extranjero y se da entrada al capital especulativo aumentando la dependencia, como se aumenta la dependencia a través de la deuda externa, de los organismos internacionales de crédito.
En este contexto, las tareas de la etapa pasan por la conformación de agrupaciones de hombres firmes, clasistas en los sindicatos, apostar a la movilización y la denuncia de la situación que pasan los trabajadores en las empresas extranjeras, como las empresas imperialistas destruyen el medio ambiente, expulsan a los campesinos de sus tierras, destruyen el trabajo y la producción nacional, mientras que a través de una reforma del estado se pretende borrar de un plumazo con las conquistas logradas por los estatales a través de años de lucha.
Las Papeleras como UPM, Montes del Plata, las plantaciones de eucaliptos para abastecerlas y además para la exportación, la mega minera Aratirí y el puerto de aguas profundas en el este son motivos para luchar. Y la clase trabajadora conciente toma estas banderas contra el capital imperialista, a pesar del oportunismo que pretende no hacerle olas al gobierno que navega entre hechos de corrupción, amistades con el imperialismo yanky y la lucha interna por los cargos en un nuevo gobierno después de octubre. 40 mil millones de dólares es el monto del PBI  uruguayo aproximadamente. Gran parte del mismo va a parar al pago de intereses de la deuda externa, el resto no se distribuye de forma que beneficie al pueblo, en cuanto a educación, salud pública o viviendas para los trabajadores. Por el contrario, se le sigue debiendo el 6% a la Educación, los hospitales públicos no son beneficiados por el FONASA que pagamos todos los trabajadores, y el IRPF y el IVA son las bases de la política impositiva del "progresismo". Es decir, que la carga de la recaudación impositiva, está principalmente depositada sobre los hombros de la clase trabajadora.
Por otro lado, se vuelven a constituir los consejos de salarios, pero la negociación colectiva por rama, viene condicionada por techos que impone el Poder Ejecutivo. Esto implica que los salarios no  llegan ni cerca al costo de la media canasta familiar que ronda los 46 mil pesos.
El "progresismo" del FA no se tiene planteado salirse del marco de la dependencia. Un programa agro exportador y de entrega al capital extranjero como los partidos tradicionales, diversifica las exportaciones para tratar de capear la crisis internacional capitalista y promete mejorar el déficit de la balanza comercial que está sufriendo, y corrige de a poco el atraso cambiario aumentando el dólar, pero no puede bajar los índices de inflación que se le está yendo de las manos. Sube el transporte, los alimentos y con la suba del dólar para beneficiar a los exportadores, suben la carne y los artículos importados. La inflación está 3 puntos por encima del rango meta del gobierno, que era entre un 5% y un 7%. Sin embargo el poder ejecutivo no reconoce y maquilla los datos de la inflación, para no tener que discutir nuevamente, aumentos salariales que debería poner a negociar una vez que los aumentos de precios al consumo, llegara a los dos dígitos.
En plena campaña hacia las eleccione3s de octubre, que vemos falta de entusiasmo por parte del pueblo en general evidentemente el gobierno tratará que otras consecuencias de la crisis mundial capitalista, se vean después de los comicios, o quizás las puedan postergar hasta el 2015.



domingo, 29 de junio de 2014

Comunicado de la “Corriente Sindical Clasista”. Lista 917.
A todos los compañeros:
En vista de los resultados de las últimas elecciones de nuestro Gremio, que marcan en principio guarismos adversos para nuesta corriente en cuanto a la cantidad de votos para lograr un cargo en la Dirección Nacional y en el SIRPA, pero considerando nuestros 190 votos como opciones que representan una manera de hacer y actuar en el Sindicato y en la vida, nos consideramos orgullosos y agradecemos a todos los compañeros que sin pedir nada a cambio, de forma militante como debe ser en el seno de la clase trabajadora, se sintieron representados por nuestra propuesta y nos apoyaron y se brindaron enteros activamente para que en esta instancia, también tuvieramos represerntación en los cargos de Dirección del Suinau.
No vemos como una derrota en todos sus términos este resultado, sino como una experiencia del conjunto de los compañeros que demuestra que la lucha es desigual entre las distintas corrientes, y que fuimos la que menos recursos materiales tuvimos para iniciar a tiempo nuestra campaña, ya que el dinero para las listas fue entregado pocos días antes del acto electoral, por la Comisión respectiva y la Mesa de SIRPA. Esto nos hizo realizar un doble esfuerzo, al que se suma a todas las desventajas, el hecho de que otra vez sufrimos el rompimiento con aliados a un mes de realizarse las elecciones, lo que obligó a un cambio de estrategia repentino.
Aprender de nuestros errores es el mandato de la hora que estamos viviendo. Consideramos que nuestras fuerzas, pequeñas o no tanto están vivas dentro del Gremio, y seguiremos aportando al bienestar de los trabajadores de nuestro SUINAU. Consideramos la lucha como elemento principal de unidad de los trabajadores, y también factor de independencia de clase. Creemos firmemente en los principios expresados en nuestra plataforma electoral, que es una plataforma que se logra con la unidad y la lucha de todos los trabajadores.
Es inobjetable el triunfo electoral de la lista 10 que logra tener 6 cargos de 9 en la Dirección Nacional, y 4 cargos en 5 de la mesa de SIRPA. Nos preocupa que pasará con la Colonia Berro con estos resultados, y pensamos que los integrantes de la nueva Mesa de SIRPA tendrán en consideración tener representantes que trabajen en Berro, ya que es el centro de trabajo más grande del SIRPA y de todo el SUINAU. Consideramos muy importante también, el esfuerzo de los compañeros del Interior del país y de Montevideo que se jugaron por nuestra línea de trabajo y nuestra plataforma. Sabemos que no es fácil en estos tiempos para ningún trabajador, demostrar la rebeldía y las ansias de transformaciones que son necesarias realizar, y consideramos un avance estos casi 200 votos que nos hacen ver que podemos, con más tiempo de trabajo para que se conozca nuestra propuesta, revertir en un futuro la situación que hoy está planteada.
Tendremos tareas para hacer juntos, y desde ya que estas deben estar dirigidas a la mejora de la situación de los trabajadores.
Mejoraremos todos, si logramos tener formación permanente para los funcionarios en todos los escalafones, si logramos la consideración por el Estado de nuestro trabajo como insalubre y de esta forma mejorar las condiciones de trabajo, junto al ingreso de personal por concursos cristalinos, y tener los recursos materiales necesarios para mejorar nuestra intervención educativa. Tendremos mejor posicionamiento clasista, si se logra revertir el tema de la baja a la edad de imputabilidad de los menores de 18 años a 16, haciendo comprender a la ciudadanía que esa medida no soluciona en nada el tema de la seguridad ciudadana y que es un tema de campaña política de los diferentes partidos políticos reaccionarios, que ven en la juventud pobre, la causa de todos los males de este país.
Ante la ineficiencia que se tiene en el combate al narcotráfico, al tráfico de personas, la protitución infantil,etc, etc., se pretende poner una cortina de humo haciendo leyes punitivas, que terminarán hacinando a jóvenes en cárceles y aumentando la violencia social y también la violencia en el encierro.
Los problemas de la concentración de la riqueza, del costo de la canasta familiar en referencia a los salarios de los trabajadores, la inflación que crece y la falta de empleo en la industria privada, junto a la falta de empleo genuino y suficiente inversión en salud, vivienda y educación son los problemas que realmente aquejan a nuestro país y se manifiestan también en la marginalidad y el delito.
A nosotros nos corresponde luchar por la mejora de las condiciones de trabajo de los funcionarios del INAU, por la formación permanente de los educadores para lograr una eficiente labor en las tareas educativas t formativas en un contexto de privación de libertad en el SIRPA y en el resto de los programas de contexto abierto también.
Aún estamos esperando la mejoría en las condiciones de trabajo y la consideración de nuestro trabajo como insalubre, ya que tenemos muchas deserciones por la exposición permanente a situaciones de alto estress por ejemplo. La gran cantidad de enfermedades psicosomáticas de funcionarios que se ven obligados a trabajar en las condiciones que hoy lo hacemos, y esto viene desde hace muchos años.

                                               Jorge Pérez

sábado, 7 de junio de 2014

La "Corriente" va contigo.
 

Estamos en las últimas horas de las elecciones del SUINAU  y SIRPA que se realizarán desde el lunes 9 en Colonia Berro,  desde el día 10 de junio en Montevideo y el día 11 en el Interior.  La clase trabajadora tiene la opción de elegir un sindicato donde los Directores y Jefes Departamentales estén de ambos lados de la mesa en las negociaciones, o elegir a representantes sindicales que no tienen ataduras con la administración ni el gobierno para defender los intereses de  aquellos que estamos al pie del cañon trabajando en los servicios.
Esta vez, el  voto de cada compañero deberá ir de la mano de una profunda reflexión, y deben saber quienes siempre y desde hace más de 10 años, mantuvimos la independencia de clase necesaria para cumplir con los cometidos de la herramienta natural de los de abajo organizados, que es el sindicato.
Tampoco somos mesiánicos, y sabemos que para lograr mejoras sustanciales en el movimiento obrero y popular, es necesaria la unidad de la clase trabajadora, y confiamos en que tenemos el programa y la plataforma reivindicativa que permite la unidad de todos los de abajo, con la independencia necesaria para luchar por nuestros derechos sin cortapisas.
Hoy logramos amalgamar la experiencia obtenida en estos largos años, con la juventud que da fuerzas y creatividad para dar la lucha en defensa de todo lo que nos falta conseguir.
Seguiremos sea cual sea el resultado electoral, dando todo por los intereses de la clase trabjadora, y principalmente por los trabajadores del INAUy del SIRPA.
Somos la 917 compañeros! La “Corriente Sindical Clasista” que gran parte de los funcionarios de nuestra institución conoce, y que es representada por la lista 917 a la Dirección Nacional y la lista 17 a la Mesa del SIRPA. Somos los que defendemos una fuerza necesaria con poder de decisión para la Mesa de Berro, disuelta hace años para conformar la Mesa del SIRPA.
Saludamos la participación de todos nuestros compañeros, que lo han dado todo en estos días, para que nuestra propuesta sea conocida por la mayor cantidad de trabajadores posible.
¡Viva la Corriente Sindical Clasista lista 917!!
¡ Arriba los que luchan!!!


viernes, 6 de junio de 2014

Queridos compañeros:

Quedan ya pocos días para que ustedes definan con el voto, quienes van a dirigir nuestro Sindicato, El SUINAU en un próximo período de tres años.
Hemos vivido en estos últimos tiempos, cambios en la manera de hacer en nuestro Gremio, que no comulgan con nuestra forma de vivir la militancia. Con poca participación de los trabajadores, una lucha por el poder de cúpulas y el man
ejo de la información y un accionar de manera inconsulta con el grueso de la masa de trabajadores. Hemos sufrido la disolución de la Mesa de Berrro en un plenario nacional en San José, donde solamente se escuchó nuestra voz y la de dos compañeros de berro más en contra de esa medida, para conformar la Mesa de SIRPA. No estamos de acuerdo con el comportamiento de compañeros que en aras de conseguir un voto más, hicieron campaña diciendo que la 917 no se presentaría a estas elecciones, toman posturas y efectúan discursos que sus acciones desmienten.
Nosotros somos los de siempre. Aquellos que hace más de 10 años conformamos la lista 56, y que luego fundamos la “Corriente Sindical Clasista”. Lista 917, con un programa en defensa a ultranza de los intereses de todos los trabajadores. Sabemos que nos acompañarán muchos trabajadores, y que muchos más se sumarán a nuestra propuesta. Tratamos de llegar a la mayor cantidad de centros posibles para charlar con los trabajadores. No somos utopistas, y sabemos con la experiencia que adquirimos a lo largo de nuestra lucha en el Gremio, que no será fácil la lucha electoral, como no lo ha sido nunca. Nos enfrentamos a poderosas agrupaciones que las componen Directores, Sindicalistas experientes y apoyos con los que nosotros no contamos. Sin embargo, la nuestra es la lucha de concepciones, por lo tanto no podemos abandonarla. Ni triunfalistas, ni derrotistas. Queremos mantener el equilibrio entre el principio del deseo y el de realidad. Sabemos que seguimos andando por un camino que más temprano que tarde andará también nuestro sindicato y todo el movimiento de los trabajadores, pero eso será realidad cuando ustedes lo vean necesario.
Los días 9, 10 y 11, en las elecciones del SUINAU, no tengan dudas que lo prometido para nosotros es deuda, y que si llegamos a ser mayoría, lucharemos permanentemente por mejorar las condiciones de trabajo, por que se considere nuestro trabajo como insalubre y todos los puntos de nuestra plataforma. Pero principalmente, vamos de frente a los trabajadores, y rendimos cuentas cuando acertamos y más aun cuando erramos en las medidas de lucha que impulsamos.
Nuestro aparato, somos nopsotros mismos, todos los que integramos la lista 917 a la Dirección Nacional, y la 17 al SIRPA, los que nos da libertad de acción para tomar las medidas que sean necesarias en defensa de los compañeros, sin ningún tipo de ataduras. Tenemos una historia larga que lo demuestra.
Arriba los que luchan!!!

Viva la “Corriente Sindical Clasista. Lista 917!!!
Viva la lista 17 al SIRPA.

jueves, 5 de junio de 2014

Los/las compas de la 17 con una larga historia clasista y de lucha. Siguiendo el trabajo de las listas 4 y 56 nuestra pelea se centra en defender los derechos de los trabajadores ante las duras condiciones de la privación de libertad de los... Ver más
Lista 917 integrada por compas nuevos y de otras generaciones que aportamos desde el compañerismo y la constancia para fortalecer nuestra herranienta sindical; agradecemos la cálida recepcion en Colonia días atrás y en Soriano, donde el apoyo de los/las compas nos dan fuerza para continuar esta lucha. Salú!

viernes, 30 de mayo de 2014


 LA CORRIENTE VA CONTIGO.


Compañeros de todo el INAU:
Se acerca el momento de elegir una nueva Dirección Nacional de nuestro Sindicato, herramienta natural que organiza a los trabajadores de nuestra institución, y conforma parte del conjunto de la clase trabajadora de nuestro país.
Desde ese punto de vista, nuestros principios se basan en la defensa inclaudicable de los intereses de todos los trabajadores. 
En esos principios basamos nuestro programa y nuestra plataforma reivindicativa, e intentamos en toda circunstancia, de ser coherentes en nuestro decir y hacer. Por esos motivos, manteniendo nuestra independencia de clase y nuestro interés por la clase trabajadora, es que nos jugamos a tener una campaña que no nos atara a ningún interés ajeno a los trabajadores. Eso significó tal vez menos oportunidades de acercarnos a todos los compañeros del país que cualquier otra lista en estas elecciones, como en las anteriores que venimos participando, desde hace más de diez años en nuestro sindicato.
Creemos que aún en desventaja, nuestra participación es necesaria porque somos una fuerza que se desarrolla en la medida que se van desarrollando las conciencias de los hermanos de clase.
No creemos en la dilapidación tampoco, de miles de pesos en una campaña electoral. Creemos que la austeridad y el buen gasto, muestran una forma de hacer y actuar que, sin privar a los trabajadores de una mejor calidad de vida, no se convierta en privilegios para unos pocos. No somos partidarios de dirigir burocráticamente un sindicato. La participación en las decisiones importantes deben fomentarse cotidianamente para que la masa de trabajadores elija su destino. El debate franco y abierto, en el marco del respeto de los que opinan diferente debe hacerse cotidianamente para que realmente el SUINAU sea el sindicato de todos. 
Los puntos de nuestra plataforma apuntan a cumplir con esa forma de ver el accionar sindical. Nosotros decimos lo que hacemos nosotros, y lo que podemos hacer siendo minoría, en cada instancia que tenemos de hablar con los trabajadores. En estas elecciones queremos dejar de ser minoría , para llevar adelante el programa de los trabajadores, nacido de la discusión y el aporte de muchos compañeros, que aún sin figurar en la lista 917 o la lista 17 del SIRPA , vertieron sus aportes desde la comunicación permanente en los centros de trabajo en los cuales cumplimos nuestras funciones. Nuestras ideas no son solo nuestras; salen de las charlas con los trabajadores, en el hacer cotidiano de cada uno, del colectivo y sus necesidades. Así conformamos nuestro programa y nuestra plataforma reivindicativa.
Compañeros: los días 9, 10 y 11 de junio, la lista 917 a la Dirección Nacional, y la lista 17 A la Dirección de la Mesa del SIRPA, necesitan de tu aporte que es tu voto, para reconstruir un sindicato que además de avanzar en lo edilicio, avance en las condiciones de trabajo para todos los funcionarios, para que se considere nuestro trabajo como insalubre, que nuestro salario sea el mínimo, por lo menos igual a media canasta familiar, porque se ingrese a la institución por concurso de oposición y méritos y con transparencia, y que luche por el no a la baja a la edad de imputabilidad haciendo sentir nuestra presencia combativa, y por supuesto, el pago por nocturnidad.
Ingreso inmediato de personal, por concurso y con garantías.
Reconocer nuestro trabajo como insalubre.
Incrementos salariales que no sean inmediatamente absorbidos por la inflación  generando pérdida de salario real.
Independencia de clase en referencia a todo gobierno y todo Directorio.
Democracia sindical.
La Corriente va contigo. 
Vota lista 917 a la Dirección Nacional. Lista 17 al SIRPA.

viernes, 23 de mayo de 2014

La corriente va contigo.

Compañeros del SUINAU.

Los Días 9,10 y 11 de junio se realizan las elecciones a la Dirección Nacional de nuestro Gremio, en la cual se presentan cuatro listas, entre las que nos encontramos los compañeros de la "Corriente Sindical Clasista". Lista 917.

En nuestro programa, desde hace más de diez años en el gremio, y antes en la lista 56 y la lista 4 de la anterior "MESA DE BERRO", MESA QUE DEFENDIMOS SOLOS en el Plenario Nacional de San José, están presentes los mas caros anhelos de los trabajadores.

Recursos humanos y materiales suficientes para realizar con eficacia nuestra labor con los jóvenes.
Ingreso de personal por concurso de oposición y méritos como indica la ley.
No a las privatizaciones de servicio en ningún lugar del INAU.
Salarios y condiciones de trabajo dignas para todos los trabajadores.

En cambio, hemos sufrido en todos estos años, la amenaza continua de la separación del SIRPA del INAU, mayor desgaste de los trabajadores a pesar de los ingresos de personal, y un mayor incremento de jóvenes internados que duplican la cantidad de hace unos años.

Se nos debe un llamado a concurso de personal para SIRPA de 450 funcionarios, y a cambio de ello, se toman a 100 personas como "talleristas", ganando mas que un educador grado 3 (antes 6), y con contratos a término sin tener la categoría de funcionario público.

Se hace mucha propaganda de parte de las autoridades y de algunos compañeros, de la mejora de gestión porque se pararon las fugas. Nosotros creemos que esto ha sucedido debido al sobre esfuerzo y el compromiso sin límites de todos los trabajadores involucrados al trato directo al menor.

El aumento de salario de los trabajadores, no alcanza a la media canasta en la gran mayoría de los trabajadores que tienen la mayor responsabilidad y hacen posible que el sistema funcione. Estar mejor que otros salarios sumergidos, no significa que estemos en la gloria en este aspecto.

Creemos que la Mesa de Berro debe tener dentro del SIRPA el estatus que le corresponde por la concentración de trabajadores que en ella hay, y problemas especiales que se nos presentan a diario, y que siendo minoría no podemos atender como corresponde, porque solamente un compañero de la 917 integra la mesa de SIRPA.

A los puntos de la plataforma que mencionamos arriba, hoy debemos agregar:

No a la baja de imputabilidad de menores de 18 años. Eso no soluciona el problema de la seguridad ciudadana e incrementa la violencia juvenil.
No a la separación del SIRPA del INAU. Menos cárcel y más educación.
Formación permanente de todos los trabajadores. Profesionalización de la tarea de educador especializado. Reacondicionamiento del CENFORES a estos efectos.
Artículo 612 para el Hogar Especial Espacio Prado y a los cuidadores/as de Hospital.
Garantías del debido Proceso a todos los trabajadores, que por incidentes en el trabajo sean investigados por la institución.
Incremento de las finalizaciones de obras para mejorar las condiciones de trabajo de los educadores.
Ingreso por concurso de técnicos y profesionales de la salud física y mental.
Guardería para las madres trabajadoras del INAU y del SIRPA.
Apoyo financiero a los proyectos educativos presentados por los trabajadores, quienes tienen el verdadero conocimiento acumulado por la experiencia.
Mejora de la flota de camionetas de Colonia Berro. Más camionetas y más seguras para los trabajadores.
Consideración de nuestro trabajo como insalubre. Bajar los años de trabajo para acogerse a los beneficios jubilatorios.

Estamos llevando adelante, como cada instancia de este tipo, una lucha desigual, en lo económico, en recursos humanos y materiales. No tenemos militantes profesionales ni dinero de ningúin lado. Por eso nos disculpamos si no llegamos con nuestra presencia a todos lados.

Pero sí creemos en la militancia proletaria, de abajo, clasista, con una verdadera independencia de clase.

La Corriente va contigo:

En junio, vota la Lista 917.

miércoles, 21 de mayo de 2014

La corriente va contigo.
Compañeros del SUINAU.
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Los Días 9,10 y 11 de junio se realizan las elecciones a la Dirección Nacional de nuestro Gremio, en la cual se presentan cuatro listas, entre las que nos encontramos los compañeros de la "Corriente Sindical Clasista". Lista 917.
En nuestro programa, desde hace más de diez años en el gremio, y antes en la lista 56 y la lista 4 de la anterior "MESA DE BERRO", MESA QUE DEFENDIMOS SOLOS en el Plenario Nacional de San José, están presentes los mas caros anhelos de los trabajadores. 
  1. Recursos humanos y materiales suficientes para realizar con eficacia nuestra labor con los jóvenes.
  2. Ingreso de personal por concurso de oposición y méritos como indica la ley.
  3. No a las privatizaciones de servicio en ningún lugar del INAU.
  4. Salarios y condiciones de trabajo dignas para todos los trabajadores.
En cambio, hemos sufrido en todos estos años, la amenaza continua de la separación del SIRPA del INAU, mayor desgaste de los trabajadores a pesar de los ingresos de personal, y un mayor incremento de jóvenes internados que duplican la cantidad de hace unos años.
Se nos debe un llamado a concurso de  personal para SIRPA de 450 funcionarios, y a cambio de ello, se toman a 100 personas como "talleristas", ganando mas que un educador grado 3 (antes 6), y con contratos a término sin tener la categoría de funcionario público.
Se hace mucha propaganda de parte de las autoridades y de algunos compañeros, de la mejora de gestión porque se pararon las fugas. Nosotros creemos que esto ha sucedido debido al sobre esfuerzo y el compromiso sin límites de todos los trabajadores involucrados al trato directo al menor.
El aumento de salario de los trabajadores, no alcanza a la media canasta en la gran mayoría de los trabajadores que tienen la mayor responsabilidad  y hacen posible que el sistema funcione. Estar mejor que otros salarios sumergidos, no significa que estemos en la gloria en este aspecto.
Creemos que la Mesa de Berro debe tener dentro del SIRPA el estatus que le corresponde por la concentración de trabajadores que en ella hay,  y problemas especiales que se nos presentan a diario, y que siendo minoría no podemos atender como corresponde, porque solamente un compañero de la 917 integra la mesa de SIRPA.
A los puntos de la plataforma que mencionamos arriba, hoy debemos agregar:
  1. No a la baja de imputabilidad de menores de 18 años. Eso no soluciona el problema de la seguridad ciudadana e incrementa la violencia juvenil.
  2. No a la separación del SIRPA del INAU. Menos cárcel y más educación.
  3. Formación permanente de todos los trabajadores. Profesionalización de la tarea de educador especializado. Reacondicionamiento del CENFORES a estos efectos.
  4. Artículo 612 para el Hogar Especial Espacio Prado y a los cuidadores/as de Hospital.
  5. Garantías del debido Proceso a todos los trabajadores, que por incidentes en el trabajo sean investigados por la institución.
  6. Incremento de las finalizaciones de obras para mejorar las condiciones de trabajo de los educadores.
  7. Ingreso por concurso de técnicos y profesionales de la salud física y mental.
  8. Guardería para las madres trabajadoras del INAU y del SIRPA.
  9. Apoyo financiero a los proyectos educativos presentados por los trabajadores, quienes tienen el verdadero conocimiento acumulado por la experiencia.
  10. Mejora de la flota de camionetas de Colonia Berro. Más camionetas y más seguras para los trabajadores.
  11. Consideración de nuestro trabajo como insalubre. Bajar los años de trabajo para acogerse a los beneficios jubilatorios.
 Estamos llevando adelante, como cada instancia de este tipo, una lucha desigual, en lo económico, en recursos humanos y materiales. No tenemos militantes profesionales ni dinero de ningúin lado. Por eso nos disculpamos si no llegamos con nuestra presencia a todos lados.
Pero sí creemos en la militancia proletaria, de abajo, clasista, con una verdadera independencia de clase.
La Corriente va contigo:
En junio, vota la Lista 917.

domingo, 18 de mayo de 2014

Tania Osores
Tania Osores 17 de mayo de 2014 9:11
Corriente Sindical Clasista - Lista 917

Ante las elecciones gremiales de nuestro SUINAU:
• Salario: Media Canasta Familiar ($ 25.000) para el escalafón y grado de ingreso a la institución como Educadores.
• Derecho de todos los trabajadores a concursar legítimamente por cargos de conducción y responsabilidad. No a las designaciones a dedo.
• Condiciones de trabajo:
• Pago de Nocturnidad. Procurar... Licencia Especial por enfermedad hijos o familiar directo. Compensación art. 612 por riesgo a los centros de ingreso y Hogares con servicio hospitalario interno.
• Baños con duchas, Comedores y Vestuarios para los trabajadores en todos los centros de INAU y SIRPA. Espacios adecuados para funcionamiento y cuidados del equipo, así como sus pertenencias.
• Regulación del ingreso y contratación de “Talleristas”. Una nueva forma de flexibilizar, explotar y dividir el trabajo en los servicios.
• No negociar temas sin antes ponerlos a consideración de las respectivas asambleas y del Plenario Nacional de Delegados como lo acontecido con la “readecuación” institucional.
• Profesionalización de las funciones de educador especializado. Formación permanente para los trabajadores en función, mediante una dinamización del CENFORES.
• Salud Laboral:
• Consideración de nuestro trabajo como insalubre para acogerse más temprano a los beneficios jubilatorios.
• Profundizar la lucha por el No a la Baja de Imputabilidad
• No a la separación del SIRPA del INAU.
• Jerarquizar lo educativo sobre lo custodial en los centros del SIRPA.
• Sindicales:
• Transparencia financiera y reconsiderar el aumento de cuota sindical (hoy en un 1,5% del salario). Fuero sindical acorde a la tarea.
Para cambiar nuestro SINDICATO promovemos una nueva forma de compromiso sindical y militante. Desde la lucha cotidiana, apoyando nuestra independencia sindical del gobierno y las autoridades de turno; amparados en una concepción clasista y comprometida con los trabajadores todos los días del año. Al igual que lo hacemos en nuestro trabajo todos los días y turnos en todos los servicios del país.
Elecciones SUINAU: 9 al 12 de Junio 2014
Corriente Sindical Clasista - Lista 917

Tu participación ayuda a cambiar nuestro sindicato y tu apoyo fortalece una herramienta que es de todos/as, para que nuestras demandas sean hechos.

¡¡ARRIBA LOS/LAS QUE LUCHAN!!

martes, 13 de mayo de 2014

Corriente Sindical Clasista”
Lista 917.

La lucha en el gremio continúa,
y por eso estamos.
Estamos nuevamente en la batalla en unas nuevas elecciones del SUINAU.
Eleciones que nos sorprenden nuevamente, por la fecha fijada, la que será en la
semana entre el 9 y el 13 de junio de 2014, antes del mundial.
Nuestro esfuerzo se centrará en caso de tener representantes en la Dirección
Nacional, en bregar por:
1. que se tome nuestro trabajo como insalubre,
2. el pago de la nocturnidad como en todo el Estado,
3. atención psicológica gratuita para todos los trabajadores que la requieran,
4. ingreso a la institución por concurso,
5. no a la baja de imputabilidad penal a los adolescentes
6. Descontar la cuota sindical solamente del salario mensual, y no de todas
las prestaciones que reciben los funcionarios.
7. Luchar porque el salario se vaya acercando a la canasta familiar.
8. Acelerar la construcción de la Colonia de Vacaciones.
9. Guarderías para los hijos de los trabajadoresx del INAU.
10. No a la separación del SIRPA del INAU
.
En las próximas elecciones
del SUINAU, ACORDATE!

LA “ CORRIENTE SINDICAL
CLASISTA”
LISTA 917 está contigo.

  1. No a la Baja de la edad de
  2. imputabilidad.
  3. Ingreso de personal por concurso y con
  4. todos los derechos ya!!
  5. Condiciones de trabajo inmediatas.
  6. Salarios reales dignos, tendientes a la
  7. canasta familiar.
  8. Consideración de nuestro trabajo como
  9. insalubre. Remuneración y derecho a
  10. beneficios jubilatorios de acuerdo a esta
  11. condición.
  12. Formación permanente para todos los
  13. trabajadores.

martes, 6 de mayo de 2014




Historia del 1° de mayo
INTRODUCCIÓN
El 1° de mayo de 1886 la huelga por la jornada de ocho horas estalló de costa a costa de los Estados Unidos. Más de cinco mil fábricas fueron paralizadas y 340.000 obreros salieron a calles y plazas a manifestar su exigencia. En Chicago los sucesos tomaron rápidamente un sesgo violento, que culminó en la masacre de la plaza Haymarket (4 de mayo) y en el posterior juicio amañado contra los dirigentes anarquistas y socialistas de esa ciudad, cuatro de los cuales fueron ahorcados un año y medio después.
Cuando los mártires de Chicago subían al cadalso, concluía la fase más dramática de la presión de las masas asalariadas (en Europa y América) por limitar la jornada de trabajo. Fue una lucha que duró décadas y cuya historia ha sido olvidada, ocultada o limpiada de todo contenido social, hasta el punto de transformar en algunos países el 1.° de mayo en mero “festivo” o en un día franco más. Pero sólo teniendo presente lo que ocurrió, adquiere total significación la fecha designada desde entonces como “Día Internacional de los Trabajadores”.
AQUELLOS DIAS INTERMINABLES
A mediados del siglo XIX, tanto en Europa como en Norteamérica, en las emergentes factorías industriales, se exigía a los obreros trabajar doce y hasta catorce horas diarias, durante seis días a la semana, incluso a niños y mujeres, en faenas pesadas y en un ambiente insalubre o tóxico. Los emigrantes europeos, que llegaban entonces a los Estados Unidos en busca de un mundo mejor, cambiaron (a lo más) los resabios feudales que todavía pesaban sobre sus hombros por la voracidad desbocada de un capitalismo joven, que multiplicaba sus ganancias ampliando al máximo la jornada de trabajo. Extraños en un país desconocido, los inmigrantes crearon las primeras organizaciones de obreros agrupándose por nacionalidades, buscando primero el apoyo y la solidaridad de los que hablaban la misma lengua, constituyendo luego gremios por oficios afines (carpinteros, peleteros, costureras), y orientando su acción por las vías del mutualismo.
América era también el campo de experimentación para algunos socialistas utópicos, que crearon en los Estados Unidos colonias comunitarias, como las de Robert Dale Owen (1825), Charles Fourier y Etienne Cabet, constituidas por trabajadores emigrados. Los obreros propiamente norteamericanos se limitaban a buscar consuelo para sus sufrimientos terrenales en las diferentes sectas religiosas existentes en el país. Fueron inmigrantes ingleses pobres los que primero diseminaron inquietudes sociales entre sus hermanos de clase, y los mismos continuaron en territorio americano la lucha ya extendida en Inglaterra por la reducción de la jornada de trabajo.
El desarrollo de la industria manufacturera, el perfeccionamiento de máquinas y herramientas, la concentración de grandes masas obreras en los Estados del Noreste, proporcionaron el terreno donde germinó la propaganda de los emigrados. La primera huelga brotó, 60 años antes de los sucesos de Chicago, entre los carpinteros de Filadelfia, en 1827, y pronto la agitación se extendió a otros núcleos de trabajadores. Los obreros gráficos, los vidrieros y los albañiles empezaron a demandar la reducción de la jornada de trabajo, y 15 sindicatos formaron la “Mechanics Union of Trade Associations” de Filadelfia. El ejemplo fue seguido en una docena de ciudades; por los albañiles de la isla de Manhattan; en la zona de los grandes lagos, por los molineros; también por los mecánicos y los obreros portuarios.
En 1832, los trabajadores de Boston dieron un paso adelante en sus demandas y se lanzaron a la huelga por la jornada de diez horas, agrupados en débiles organizaciones gremiales por oficios. Pese a que el movimiento se extendió a Nueva York y Filadelfia, no tuvo éxito. Afirmó, sin embargo, el espíritu de combate de los asalariados, que siguieron presionando por sus reivindicaciones.
DIEZ HORAS LEGALES
El resultado de estas luchas, que marcan el nacimiento del sindicalismo en Estados Unidos, influyó primero en el Gobierno Federal antes que en los patrones, que expoliaban impunemente a sus trabajadores al amparo del librempresismo. En 1840, el Presidente Martín van Buren reconoció legalmente la jornada de 10 horas para los empleados del Gobierno y también para los obreros que trabajaban en construcciones navales y en los arsenales. En 1842, dos Estados, Massachusetts y Connecticut, adoptaron leyes que prohibían hacer trabajar a los niños más de 10 horas por día. El mismo año, la quincallería Whtite & Co. de Buffalo (Estado de Nueva York) introdujo en sus talleres la jornada de 10 horas.
Pero la agitación obrera continuó. Desde el otro lado del mar llegaban noticias alentadoras. Cediendo a la presión sindical, el Gobierno inglés promulgó una ley (1844) que redujo a 7 horas diarias el trabajo de los niños menores de 13 años, y limitó a 12 horas el de las mujeres. Se esperaba lograr pronto allí la jornada de 10 horas para los adultos, hombres y mujeres. En ese ambiente se reunió el primer Congreso Sindical Nacional de los Estados Unidos, el 12 de octubre de 1845, en Nueva York. Se tomaron medidas concretas para coordinar la lucha de los diferentes gremios y la que se llevaba a cabo en distintas ciudades. Se planteó la creación de una organización secreta permanente para la reivindicación de los derechos del trabajador.
El Congreso Sindical de Nueva York se fijó como tarea de acción inmediata la demanda del reconocimiento legal de la jornada de 10 horas y se convocó a mítines obreros en las principales ciudades para agitar públicamente esta exigencia. A esta etapa siguieron las huelgas, que alcanzaron excepcional amplitud en Pittsburgh, centro metalúrgico, donde 40.000 obreros mantenían una huelga de 6 semanas por la jornada de 10 horas. Pero los patrones no cedieron, y muchos inmigrantes recién llegados se dispusieron a asumir el puesto de los huelguistas. El movimiento fracasó. En otros lugares se lograron avances concretos: New Hampshire decretó la implantación de la jornada de 10 horas y numerosas fábricas hicieron lo mismo en otros Estados.
Pero la agitación cobró nuevos impulsos al divulgarse, en 1848, la noticia de que los obreros de una sociedad colonizadora en Nueva Zelanda habían obtenido la jornada de 8 horas. Sin embargo, no se estructuró un movimiento que respaldara esta aspiración. Las demandas se limitaron a exigir un máximo de 10 horas de trabajo por día.
Fue sólo a comienzos de 1866, una vez terminada la guerra de secesión, que renació la lucha por acortar la jornada de labor.
Otros avances se habían logrado entretanto. El Estado de Ohio adoptó la ley de 10 horas para las mujeres obreras, y los sindicatos de la construcción estaban vivamente impresionados al saber que los albañiles de Australia obtenían en esos días el reconocimiento de la jornada de 8 horas. Por otra parte, la reducción de la jornada de trabajo, que absorbería mayor cantidad de mano de obra, se convertía en una necesidad urgente por el retorno de los soldados desmovilizados y el cierre de las fábricas que trabajaban para la guerra. Además, los inmigrantes seguían afluyendo, por centenares y centenares de miles.
Al Congreso de Estados Unidos ingresaron más de media docena de proyectos de ley que proponían legalizar la jornada de 8 horas, y la Asamblea Nacional de Trabajo, celebrada en Baltimore en agosto de 1866, con representantes de 70 organizaciones sindicales, entre ellas 12 uniones nacionales, proclamó:
“La primera y gran necesidad del presente, para liberar al trabajador de este país de la esclavitud capitalista, es la promulgación de una ley por la cual la jornada de trabajo deba componerse de ocho horas en todos los Estados de la Unión Americana. Estamos decididos a todo hasta obtener este resultado”.
El mismo congreso sindical acordó crear comités para “recomendar” la reivindicación de las 8 horas, cometiendo el error de confiar únicamente en la buena voluntad de los poderes públicos para hacer ley su iniciativa.
Mientras, en Europa, la I Internacional (creada en 1864) había acordado en su Congreso de Ginebra, en 1866, agitar mundialmente la demanda de la jornada de trabajo de 8 horas. Los asalariados norteamericanos, en el Congreso Obrero de los Estados del Este, celebrado en Chicago en 1867, dedicaron gran parte de sus debates a las 8 horas. El hombre que impulsó las resoluciones sobre el tema fue Ira Steward, un mecánico autodidacta de Chicago, a quien daban el sobrenombre de “El maniático de las ocho horas”.
Steward sostenía que al acortarse la jornada de trabajo aumentaría la necesidad de mano de obra y que, por lo tanto, de allí surgiría el aumento de los salarios. Escéptico de la eficacia de la acción puramente sindical, Steward, en ausencia de un partido político autónomo de la clase obrera, proponía un método usado tradicionalmente por el movimiento sindical norteamericano: ejercer presión sobre los partidos del “stablishment” y no dar sus votos más que a los candidatos que aceptaran impulsar todo o parte del programa sindical.
LEY FEDERAL DE LAS OCHO HORAS
Finalmente, los esfuerzos de la clase obrera norteamericana lograron modificar la actitud del Gobierno, ya que no la de los empresarios privados. Siendo Presidente de los Estados Unidos Andrew Johnson, en 1868 se dictó la Ley Ingersoll, que establecía la jornada de 8 horas para los empleados de las oficinas federales y para quienes trabajaban en obras públicas. La Ley Ingersoll, dictada el 25 de junio de 1868, establecía:
“Artículo 1.º La jornada de trabajo se fija en ocho horas para todos los jornaleros u obreros y artesanos que el Gobierno de los Estados Unidos o el Distrito de Columbia ocupen de hoy en adelante. Sólo se permitirá trabajar como excepción más de ocho horas diarias en casos absolutamente urgentes que puedan presentarse en tiempo de guerra o cuando sea necesario proteger la propiedad o la vida humana. Sin embargo, en tales casos el trabajo suplementario se pagará tomando como base el salario de la jornada de ocho horas. Este no podrá ser jamás inferior al salario que se paga habitualmente en la región. Los jornaleros, obreros y artesanos ocupados por contratistas o subcontratistas de trabajos por cuenta del Gobierno de los Estados Unidos o del Distrito de Colombia serán considerados como empleados del Gobierno o del Distrito de Columbia. Los funcionarios del Estado que deban efectuar pagos por cuenta del Gobierno a los contratistas o subcontratistas deberán cerciorarse, antes de pagar, de que los contratistas o subcontratistas hayan cumplido sus obligaciones hacia sus obreros; no obstante, el Gobierno no será responsable del salario de los obreros.
Artículo 2.º Todos los contratos que se concerten en adelante por el Gobierno de los Estados Unidos o por su cuenta (o por el Distrito de Columbia, o por su cuenta), con cualquier corporación o persona, se basarán en la jornada de ocho horas, y todo contratista que exigiere o permitiere a sus obreros trabajar más de ocho horas por día estará contraviniendo la ley, salvo los casos de fuerza mayor previstos en el artículo 1.º.
Artículo 3.º Los que contravengan a sabiendas esta prescripción serán pasibles de una multa de 50 a 1.000 dólares, o hasta de seis meses de prisión, o de ambas penas conjuntamente”.
La jornada de 8 horas pasaba así a ser obligación “legal” en los Estados Unidos para las obras públicas, así como lo era ya para los trabajos privados en Australia. Los obreros industriales, entre tanto, seguían sometidos a una jornada de 11 y 12 horas diarias a lo largo y a lo ancho de los Estados Unidos.
Los grandes contratistas de obras públicas en construcción se opusieron, por supuesto, a la aplicación real de la jornada federal de 8 horas. Los patrones formaron una “Asociación de las Diez Horas”, tratando de demostrar que esa duración del tiempo de trabajo era “más provechosa para los trabajadores”. Eran los años en que Federico Engels le escribía a Carlos Marx que “a causa de la agitación por las 8 horas se han anulado contratos por más de un millón y medio de dólares”, tomando como base una información de la prensa norteamericana.
El Estado de California se había adelantado a los demás y decretado la jornada obligatoria de 8 horas para todos los trabajadores del sector público o del sector privado, a fines de 1868. Pero no hay evidencia de que esa progresista medida legal se haya aplicado en la práctica, así como hay fuertes dudas sobre la vigencia concreta de lo que mandaba la Ley Ingersoll para los trabajos públicos Un historiador del movimiento sindical norteamericano escribió: “La agitación en pro de la jornada de 8 horas, después de numerosas vicisitudes y de algunos éxitos legislativos que no fueren seguidos de aplicación práctica, no llegó a ningún resultado, y el pueblo obrero fue afectado por una profunda desilusión”. De allí arrancó el empuje que culminaría en los sucesos de Chicago, en mayo de 1886.
CRISIS Y CESANTIA
Con el estímulo de las luchas por acortar la jornada de trabajo, las organizaciones obreras se fueron extendiendo y fortaleciendo. En 1867, en Chicago se había creado el Partido Nacional Obrero, que planteó en su primera convención la búsqueda de un camino político independiente para la clase trabajadora. Instaba a los obreros a evitar ser utilizados políticamente por la burguesía, pero sus llamamientos no lograron calar en la masa. Cobró auge en cambio la “Liga por las Ocho Horas”, fundada en Boston en 1869, que levantó además una plataforma de lucha de corte socialista y proclamó la “guerra de clases a los capitalistas”. En 1870 se fundó la organización secreta “Los Caballeros del Trabajo”, de inspiración anarquista, a la cual se atribuyeron todos los atentados cuyos autores no pudo descubrir la policía, y que sería profusamente citada en el proceso de Chicago años más tarde. Sus dirigentes asumieron con posterioridad posiciones pro-capitalistas.
En septiembre de 1871 se efectuó una gran manifestación pública por la jornada de 8 horas en Nueva York, a la que asistieron más de 20.000 trabajadores, una cifra considerable entonces. Participaron principalmente franceses y alemanes emigrados, miembros de la Internacional, y también obreros propiamente norteamericanos.
En 1872 libraron importantes combates por las 8 horas los obreros mueblistas y de otros ramos afines, que lograron satisfacción para sus demandas, pero los cabecillas fueron engañados posteriormente por los patrones, despedidos de su ocupación, y fue nuevamente prolongada la jornada de trabajo. La organización sindical era débil aún, y fragmentada, como para poder exigir el cumplimiento de los acuerdos. Fue brotando así la idea de una huelga general para una fecha determinada; lo que se concretaría 14 años más tarde, el 1° de mayo de 1886. 1º de mayo
Entre tanto, en 1873, las cosas empeoraron repentinamente para los trabajadores. La crisis que se veía venir llegó finalmente, arrojando a la cesantía a centenares de miles de obreros. Las fábricas cerraban sus puertas y los cesantes vagaban como lobos por las calles, alimentándose de los desperdicios que encontraban en las latas de basuras. El invierno de 1872-73 dejó un horrible saldo de muertos de hambre y frío, como no se tenía memoria en los Estados Unidos. Sólo en el Estado de Nueva York había 200.000 cesantes.
El 13 de enero de 1873, la Sección Norteamericana de la Internacional convocó a un mitin de desocupados en Nueva York para demostrar al Gobierno del Estado su situación y pedir solución a su miseria. Se exigía una ración diaria de alimentos para los cesantes, la iniciación de obras públicas para dar trabajo a los necesitados y una prórroga legal para el pago de arriendos y alquileres modestos. Se quería evitar que fueran lanzadas a la calle (y expuestas a morir de frío) las familias que no podían cubrir la renta por hallarse el padre o el esposo sin trabajo.
La manifestación conmovió a la ciudad y, en bullicioso desfile, los cesantes se dirigieron al Ayuntamiento para hacer presentes sus demandas. Cuando llegaban allí, fueron atacados por una horda de polizontes, que apareció de improviso, apaleando y sableando a todo el mundo, incluso mujeres y niños. Centenares de heridos y contusionados quedaron sobre los adoquines de la zona céntrica de Nueva York, y otros centenares de pobres fueron detenidos y puestos a disposición de los tribunales “por resistir órdenes de la policía”.
La gran prensa ventiló falsedades e injurias sobre las heridas y el hambre de los cesantes tan ferozmente reprimidos. “Era un mitin público de ladrones ociosos”, dijo un diario de Nueva York. “Hay que prepararles comidas envenenadas si quieren comer a costa del Gobierno”, escribió otro en Chicago. Los editoriales llamaron a eliminar “la peste de miserables” que asolaba la ciudad.
Paralelamente, la exigencia de las 8 horas de trabajo se hacía cada vez más fuerte, presentada incluso como una forma de aumentar la floja demanda de mano de obra. “Los Caballeros del Trabajo”, en un programa hecho público en 1874, declaraban que se esforzarían por obtener las 8 horas, “negándose a trabajar jornadas más largas, incluso a través de una huelga general”. En una larga lista de reformas y reivindicaciones, proclamaban su propósito de “obtener la reducción gradual de la jornada de trabajo a 8 horas por día, a fin de gozar en alguna medida de los beneficios de la adopción de máquinas en reemplazo de la mano de obra”.
LA GRAN HUELGA FERROVIARIA
Ese mismo año (1874), el Estado de Massachusetts decretaba la jornada máxima de 10 horas para mujeres y niños, mientras la agitación prendía ahora entre los ferroviarios, que no tardaron en lanzar una huelga de grandes proporciones.
En junio de 1877, los dueños de los ferrocarriles comunicaron a los trabajadores que sus salarios serían reducidos en un 10%, porque las empresas “estaban perdiendo dinero” con motivo de la crisis. Esta fue la gota que colmó el vaso. Desde 1873, el salario de los trabajadores había disminuido ya en un 25% para salvar las ganancias de los propietarios. La huelga estalló en Pittsburgh y en menos de 2 semanas se había extendido a 17 Estados. Era el movimiento más vasto que hasta entonces enfrentara el gran capital norteamericano.
Los magnates ferroviarios consiguieron que el Gobierno movilizara al Ejército contra los huelguistas, que habían incorporado entre tanto la demanda de una jornada laboral de 8 horas, y no tardaron en producirse enfrentamientos violentos entre obreros y soldados. En Maryland quedaron 10 obreros muertos después de un choque frontal con las tropas. En Pittsburgh, los trabajadores corrieron a pedradas a los militares, para luego asaltar la maestranza del ferrocarril local, donde destruyeron 120 locomotoras e incendiaron 1.600 vagones. En Reading, los obreros desarmaron a una compañía de soldados y confraternizaban con ellos cuando fueron atacados por tropas de refuerzo, que aparecieron imprevistamente. Entonces, algunos militares fueron muertos y hubo numerosas víctimas entre los obreros. En Saint Louis la huelga abarcó a todos los oficios y los trabajadores se apoderaron de la ciudad. Fue cortado el tránsito por los puentes que cruzan el Mississippi, y durante 8 días los sindicatos administraron tiendas y fábricas y dictaron sus propias leyes. Finalmente, fueron sangrientamente reprimidos.
La lucha de clases se hizo tan violenta que la burguesía organizó grupos civiles armados para proteger sus riquezas. La prensa “de orden” exaltaba diariamente a pertrecharse y a extender las bandas armadas antiobreras. Se formaron así verdaderas milicias privadas, cuando no grupos de matones y hasta empresas de rompehuelgas, con sucursales en los centros industriales más importantes, al servicio de los propietarios. La más famosa de estas organizaciones, que alcanzaría triste renombre en los sucesos de Chicago, fue la de los hermanos Pinkerton, que había reclutado algunos cientos de scabs (“amarillos”), que enviaban a quebrar huelgas allí donde la presión obrera se hacía sentir en demanda de la jornada de 8 horas. Los Pinkerton, además, proporcionaban bandas armadas, espías, provocadores y hasta asesinos a sueldo. Algunas autoridades hacían caso omiso de la existencia de estas organizaciones criminales e incluso borraban los antecedentes penales de sus integrantes, a condición de que mostraran ferocidad en su cometido, disolviendo mítines obreros, delatando a los dirigentes o agrediéndolos.
NACE LA AFL
Pese a la ofensiva en su contra, el movimiento obrero norteamericano siguió fortaleciéndose. En 1881 se constituyó en Pittsburgh la American Federation of Labor (AFL), Federación Norteamericana del Trabajo, que exigió en su primer congreso un más riguroso cumplimiento de la jornada de 8 horas para los que trabajaban en obras públicas. En su segundo congreso, celebrado en Cleveland en 1882, la AFL aprobó una declaración, presentada por los delegados de Chicago, para que se extendiera el beneficio de las 8 horas a todos los trabajadores, sin distinción de oficio, sexo o edad:
“Como representantes de los trabajadores organizados, declaramos que la jornada de trabajo de ocho horas permitirá dar más trabajo por salarios aumentados. Declaramos que permitirá la posesión y el goce de más bienes por aquellos que los crean. Esta ley aligerará el problema social, dando trabajo a los desocupados. Disminuirá el poder del rico sobre el pobre, no porque el rico se empobrezca, sino porque el pobre se enriquecerá. Creará las condiciones necesarias para la educación y mejoramiento intelectual de las masas. Disminuirá el crimen y el alcoholismo... Aumentará las necesidades, alentará la ambición y disminuirá la negligencia de los obreros. Estimulará la producción y aumentará el consumo de bienes por las masas. Hará necesario el empleo cada vez mayor de máquinas para economizar la fuerza de trabajo... Disminuirá la pobreza y aumentará el bienestar de todos los asalariados”.
El tercer congreso de la AFL (1883) acordó solicitar al Presidente de los Estados Unidos que impulsara la ley de las 8 horas, y además envió una nota a los comités nacionales de los Partidos Republicano y Demócrata, para que definieran sus respectivas posiciones sobre la jornada de 8 horas y otras reivindicaciones de los trabajadores.
Los preparativos de la huelga general del 1° de mayo de 1886 habían empezado a gestarse dos años antes, en noviembre de 1884, cuando se reunió en Chicago el IV Congreso de la AFL (La AFL se llamaba entonces Federación de Sindicatos Organizados y Uniones Laborales de los EE.UU. y Canadá.) En el IV Congreso se pudo constatar, desde la primera sesión plenaria, el cambio producido en el espíritu de los dirigentes sindicales. Las dilaciones y negativas con que contestaron a sus demandas los partidos políticos los empujaron a buscar nuevas formas de acción, basadas en sus propias fuerzas. Su decisión se fortaleció por la experiencia internacional conquistada por la clase obrera en aquellos años y, sobre todo, por la del movimiento sindicalista inglés.
DEMANDA UNICA Y SOSTENIDA
Uno de los autores de la proposición que meses más tarde sacudiría a los Estados Unidos, Frank K. Foster, afirmó ante sus compañeros: “Una demanda concertada y sostenida por una organización completa producirá más efecto que la promulgación de millares de leyes, cuya vigencia dependerá siempre del humor de los políticos... El espíritu de organización está en el aire, pero el costo que hemos pagado por nuestra inexperiencia, el sectarismo y la falta de espíritu práctico representan todavía grandes obstáculos para lanzar una huelga general”.
Otros delegados al Congreso pusieron en evidencia que los únicos resultados realmente serios en cuanto a las 8 horas se habían logrado fuera de toda legislación, por acuerdos directos con los empresarios bajo la presión de la movilización sindical. En el curso de sus intervenciones, Foster sugería que todos los sindicatos manifestaran su voluntad unánime, apoyados por la organización entera, haciendo una huelga general por la jornada de 8 horas. Gabriel Edmonston, que compartía ese punto de vista, hizo entonces una proposición práctica: a partir del 1° de mayo de 1886 se obligaría a los industriales a respetar sin más la jornada de 8 horas. Donde los patrones se negaran, se declararía la huelga de inmediato. En el plazo previo a la fecha fijada, se llevaría la consigna por todo el país y la prensa obrera agitaría esa demanda básica de los asalariados. El 1° de mayo de 1886 debería estar todo listo para una gran huelga general de costa a costa. Foster y Edmonston fueron, pues, los autores de aquella proposición, cuyos alcances históricos muy pocos intuyeron entonces.
Para los historiadores, un punto no está claro: ¿por qué se eligió precisamente el 1° de mayo como la fecha en que debería estallar la huelga general en todos los Estados Unidos?. La explicación más atendible es la que recuerda que por ese entonces el 1° de mayo era la fecha en que debían renovarse los contratos colectivos de trabajo, así como otras obligaciones generales, los arriendos de tierras y convenciones similares. Era el “moving-day” (día de mudanza) norteamericano, equivalente a los compromisos de trabajo que se iniciaban el día de San Juan en el Sur de Francia por esos años, o en Navidad en otras regiones de Europa, o en el día de San Martín. Además, el año designado (1886) daba el tiempo suficiente para que los patrones fueran advertidos y conocieran las demandas y las consecuencias de su negativa, sin poder pretextar después la sorpresa de la petición como factor para rechazarla.
La proposición de Gabriel Edmonston (aprobada por el Congreso) decía: “La Federación de Sindicatos Organizados y Uniones Laborales de los Estados Unidos y Canadá ha resuelto que la duración de la jornada de trabajo, desde el 1º de mayo de 1886, será de 8 horas, y recomendamos a las organizaciones sindicales de todo el país hacer respetar esta resolución a partir de la fecha convenida”. Gracias a una intensa propaganda, pronto la resolución de Chicago echó firmes raíces en el seno de la clase obrera.
El Congreso de “Los Caballeros del Trabajo”, reunido en la ciudad de Hamilton, también decidió auspiciar la agitación por la huelga general hasta la obtención de las 8 horas. En todo el país se crearon grupos locales, especialmente encargados de la preparación del movimiento, que organizaron mítines y manifestaciones, repartieron folletos y periódicos, promovieron huelgas parciales, asambleas, conferencias, recolección de firmas y otras actividades de agitación.
En California y toda la costa Oeste de los Estados Unidos, la Federación de Carpinteros tomó en 1885 la iniciativa del movimiento por la reducción de la jornada de trabajo, mientras la AFL, en su Congreso de Washington (diciembre de 1885), renovó la decisión de Chicago. El sindicato de obreros mueblistas propuso que en cada ciudad se organizara un frente único de todas las organizaciones gremiales, para que presentaran a los patrones el contrato-tipo preparado por la asesoría legal de la AFL, y que debía entrar en vigencia el 1° de mayo de 1886. Así se acordó.
A medida que la fecha fijada se acercaba, las organizaciones sindicales trabajaban animosamente. El número de sus adherentes se había triplicado en esos meses. En Chicago, el “Comité por las 8 Horas” puso en guardia contra las huelgas parciales o mal organizadas, que podrían tener como consecuencia lock-outs y que “pueden hacer abortar el movimiento”. La Cámara Sindical de los carpinteros y ebanistas de la misma ciudad advirtió a los patrones, por carta certificada, que el 1° de mayo debía iniciarse la “jornada normal” y comprometió a sus miembros a detener absolutamente el trabajo en los talleres en que no se aplicasen las 8 horas.
Pese a las orientaciones de los dirigentes, que trataban de contener los movimientos parciales para lanzarlos al unísono cuando llegara mayo, en abril de 1886 la presión de las masas derivó en innumerables huelgas en diversas ciudades del país. En los Estados de Ohio, Illinois, Michigan, Pennsylvania y Maryland la marea se hizo incontenible. El Presidente Grover Cleveland llevó la cuestión obrera al Congreso, donde no vaciló en afirmar: “Las condiciones presentes de las relaciones entre el capital y el trabajo son, en verdad, muy poco satisfactorias, y esto en gran medida por las ávidas e inconsideradas exacciones de los empleadores”.
Ante la pujanza del movimiento sindical, ciertas empresas no pudieron esperar la fecha fijada para conceder las 8 horas sin disminuir los salarios. Más de 30.000 obreros se beneficiaron ya en el mes de abril, principalmente los mineros de Virginia.
1º DE MAYO DE 1886
Por fin, la fecha tan esperada llegó. La orden del día, uniforme para todo el movimiento sindical era precisa: ¡A partir de hoy, ningún obrero debe trabajar más de 8 horas por día! ¡8 horas de trabajo! ¡8 horas de reposo! ¡8 horas de recreación!. Simultáneamente se declararon 5.000 huelgas y 340.000 huelguistas dejaron las fábricas, para ganar las calles y allí vocear su demandas.
En Nueva York, los obreros fabricantes de pianos, los ebanistas, los barnizadores y los obreros de la construcción conquistaron las 8 horas sobre la base del mismo salario. Los panaderos y cerveceros obtuvieron la jornada de 10 horas con aumento de salario. En Pittsburgh, el éxito fue casi completo. En Baltimore, tres federaciones ganaron las 8 horas: los ebanistas, los peleteros y los obreros en pianos-órganos. En Chicago, 8 horas sin disminuir sus salarios: embaladores, carpinteros, cortadores, obreros de la construcción, tipógrafos, mecánicos, herreros y empleados de farmacia; 10 horas con aumento de salario: carniceros, panaderos, cerveceros. En Newark, los sombrereros, cigarreros, obreros en máquinas de coser Singer, obtuvieron las anheladas 8 horas. En Boston, los obreros de la construcción. En Louisville, los obreros del tabaco. En Saint Louis, los mueblistas, y en Washington, los pintores... En total, 125.000 obreros conquistaron la jornada de 8 horas el mismo 1° de mayo. A fin de mes serían 200.000, y antes que terminara el año, un millón. No era la victoria absoluta; pero se había obtenido un resultado importante, por sobre, incluso, de algunas fallas en el movimiento obrero. “Jamás en este país ha habido un levantamiento tan general de las masas industriales” (expresaba un informe de la AFL) “El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millares de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando muchos, hasta ahora, habían permanecido indiferentes a la acción sindical”.
En Chicago, los sucesos tomaron un giro particularmente conflictivo. Los trabajadores de esa ciudad vivían en peores condiciones que los de otros Estados. Muchos debían trabajar todavía 13 y 14 horas diarias; partían al trabajo a las 4 de la mañana y regresaban a las 7 u 8 de la noche, o incluso más tarde, de manera que “jamás veían a sus mujeres y sus hijos a la luz del día”. Unos se acostaban en corredores y desvanes; otros, en inmundas construcciones semiderruidas, donde se hacinaban numerosas familias. Muchos no tenían ni siquiera alojamiento. Por otra parte, la generalidad de los empleadores tenía una mentalidad de caníbales. Sus periódicos escribían que el trabajador debía dejar al lado su “orgullo” y aceptar ser tratado como “máquina humana”. El “Chicago Tribune” osó decir. “El plomo es la mejor alimentación para los huelguistas... La prisión y los trabajos forzados son la única solución posible a la cuestión social. Es de esperar que su uso se extienda”.
No era extraño que en ese cuadro Chicago fuese el centro más activo de la agitación revolucionaria en los Estados Unidos y cuartel general del movimiento anarquista en América: Dos organizaciones dirigían la huelga por las 8 horas en Chicago y todo el Estado de Illinois: la Asociación de Trabajadores y Artesanos y la Unión Obrera Central, pero eran sus exaltados periódicos obreros los polos en torno a los cuales giraba la acción reivindicativa.
Uno de estos periódicos era escrito en alemán, el “Arbeiter Zeitung”, que aparecía tres veces a la semana, dirigido por August Spies, de orientación anarquista, y otro, “The Alarm”, en inglés, dirigido por el socialista Albert Parsons. Junto a ellos, un brillante grupo de agitadores, periodistas y oradores de verbo encendido insuflaba el ímpetu peculiar que caracterizaba la lucha obrera en ese Estado. La mayoría de ellos pasaría a la Historia como los “Mártires de Chicago”: Fielden, Schwab, Fischer, Engel, Lingg, Neebe.
DESENLACE SANGRIENTO
Pese a los éxitos parciales de algunos sindicatos, la huelga en Chicago continuaba. Una sola usina seguía echando su humo negro sobre la región: la fábrica de maquinaria agrícola McCormik, al Norte de Chicago. El fundador de la usina, Cyrus McCormik, había muerto poco antes y dejado en el testamento una suma considerable de dinero para levantar una iglesia. Pero su heredero resolvió construir el templo sacando los fondos de un descuento obligatorio a sus obreros, que lo rechazaron. El 16 de febrero de 1886 estalló la huelga. Entonces, McCormik hijo contrató cientos de rompehuelgas a través de los hermanos Pinkerton y desalojaron en medio día la fábrica, que estaba ocupada por los trabajadores.
Cuando estalló la huelga general del 1° de mayo, McCormik seguía funcionando con el trabajo de los rompehuelgas, y no tardaron en producirse choques entre los restantes trabajadores de la ciudad y los “amarillos”. El ambiente ya estaba caldeado, porque la policía había disuelto violentamente un mitin de 50.000 huelguistas en el centro de Chicago, el 2 de mayo. El día 3 se hizo una nueva manifestación, esta vez frente a la fábrica McCormik, organizada por la Unión de los Trabajadores de la Madera. Estaba en la tribuna el anarquista August Spies, cuando sonó la campana anunciando la salida de un turno de rompehuelgas. Sentirla y lanzarse los manifestantes sobre los “scabs” (amarillos) fue todo uno. Injurias y pedradas volaban hacia los traidores, cuando una compañía de policías cayó sobre la muchedumbre desarmada y, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre ella. 6 muertos y varias decenas de heridos fue el saldo de la acción policial.
Enardecido por la matanza, Fischer voló a la Redacción del “Arbeiter Zeitung”, donde escribió una vibrante proclama, con la cual se imprimieron 25.000 octavillas y que sería luego pieza principal de la acusación en el proceso que terminó con su ahorcamiento. Decía:
“Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace gritar: “¡A las armas!”.
Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!
¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!”.
La proclama terminaba convocando a una gran concentración de protesta para el 4 de mayo, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket, y concluía con las palabras: “¡Trabajadores, concurrid armados y manifestaos con toda vuestra fuerza!”. Esta frase (y aquella que decía “¡A las armas!”) fueron tachadas por Spies, director de la imprenta, y él mismo vigiló especialmente que no la incluyeran los tipógrafos. Sin embargo, cuando posteriormente la Policía se incautó de los originales, convirtió esa frase no publicada en el núcleo central de la acusación.
En Haymarket se reunieron unas 15.000 personas. La mayoría de los que posteriormente serían los mártires de Chicago se hallaba a esa hora en la Redacción del “Arbeiter Zeitung”. Parsons estaba con su mujer y dos hijos; lo acompañaba una obrera con la que iban a discutir la organización de las costureras. Fielden y Schwab también estaban allí. Schwab abandonó la reunión para asistir a un mitin en Deering. Cuando discutían sobre la incorporación de las costureras a la lucha por las 8 horas, mujeres particularmente explotadas que entonces trabajaban sobre 15 horas diarias, un obrero se presentó diciendo que en la concentración faltaban oradores en inglés. Todos dejaron el local del periódico y fueron allí, donde Spies ocupaba la tribuna. Le sucedió Parsons, que habló por espacio de una hora. Luego, Fielden. Los discursos eran moderados y la muchedumbre se comportaba con tranquilidad, pese a la gravedad de la masacre del día anterior frente a McCormik.
El alcalde de Chicago, Carter H. Harrison, que presenciaba el mitin para pulsar el ambiente, se fue a casa al concluir de hablar Parsons, dándole órdenes al capitán de Policía Bonfield, a cargo de la tropa, de que la retirara. Empezaba a llover, como culminación de un día helado y húmedo. Fielden estaba aún en la tribuna y la gente comenzaba a dispersarse. Algunos obreros se dirigieron incluso al Zept Hall, cervecería que quedaba en las proximidades, para seguir a través de sus ventanas la manifestación. En la plaza, la muchedumbre ya estaba reducida a unos pocos miles cuando 180 policías avanzaron de pronto sobre los manifestantes con los capitanes Bonfield y Ward al frente, quienes ordenaron terminar el mitin de inmediato y a sus hombres tomar posiciones de disparar. Ya se alzaban los fusiles cuando, desde el montón informe de los manifestantes, se vio salir un objeto humeante del tamaño de una naranja, que cayó entre dos filas de los policías, levantando un poderoso estruendo y arrojando por tierra a todos los que se encontraban cerca. Sesenta policías quedaron heridos de inmediato y uno muerto, en medio de tremenda confusión. Fue la señal para que se desatara un pánico loco y una carnicería más terrible que la de la víspera. Rehechos en sus filas y apoyados por refuerzos, los policías cargaron salvajemente sobre la multitud, disparando y golpeando a diestra y siniestra. El balance dejó un total de 38 obreros muertos y 115 heridos. Otros 6 policías alcanzados por la bomba murieron en el hospital.
Esa misma noche, Chicago fue puesto en estado de sitio, se estableció el toque de queda y la tropa ocupó militarmente los barrios obreros. Al día siguiente, la nación estaba conmocionada por los sucesos y la gran prensa no reparó en nada para calumniar a radicales, anarquistas, socialistas y trabajadores extranjeros, sobre todo a los alemanes. El 5 de mayo, “The New York Times” daba por hecho que los anarquistas eran los culpables del lanzamiento de la bomba. La policía, al mando del capitán Michael Schaack, realizó una batida contra 50 supuestos “nidos” de anarquistas y socialistas y detuvo e interrogó de manera brutal a unas 300 personas.
El jefe de Policía Ebersold, hablando tres años más tarde sobre aquellos hechos, decía: “Schaack quería mantener la tensión. Deseaba encontrar bombas por todos lados... Y hay algo que no sabe el público. Una vez desarticuladas las células anarquistas, Schaack quiso que se organizasen de inmediato nuevos grupos... No quería que la "conspiración" pasase; deseaba seguir siendo importante a los ojos del público”.
La policía estaba más interesada en conseguir pruebas en contra de los detenidos que en localizar al que había arrojado la bomba. Se ofreció dinero y trabajo a cuantos se ofrecieron a testificar a favor del Estado.
Los locales sindicales, los diarios obreros y los domicilios de los dirigentes fueron allanados, salvajemente golpeados ellos y sus familiares, destruidos sus bibliotecas y enseres, escarnecidos y, finalmente, acusados en falso de ser ellos quienes habían confeccionado, transportado hasta la plaza de Haymarket y arrojado la bomba que desencadenó la feroz matanza. Ninguno de los cargos pudo ser probado, pero todo el poder del gran capital, su prensa y su justicia, se volcaron para aplicar una sanción ejemplar a quienes dirigían la agitación por la jornada de 8 horas. Spies, Parsons, Fielden, Fischer, Engel, Schwab, Lingg y Neebe pagaron con sus vidas, o la cárcel, el crimen de tratar de poner un límite horario a la explotación del trabajo humano.
El 11 de noviembre de 1887, un año y medio después de la gran huelga por las 8 horas, fueron ahorcados en la cárcel de Chicago los dirigentes anarquistas y socialistas August Spies, Albert Parsons, Adolf Fischer y George Engel. Otro de ellos, Louis Lingg, se había suicidado el día anterior. La pena de Samuel Fielden y Michael Schwab fue conmutada por la de cadena perpetua, es decir, debían morir en la cárcel, y Oscar W. Neebe estaba condenado a quince años de trabajos forzados. El proceso había estremecido a Norteamérica y la injusta condena (sin probárseles ningún cargo) conmovió al mundo. Cuando Spies, Parsons, Fischer y Engel fueron colgados, la indignación no pudo contenerse, y hubo manifestaciones en contra del capitalismo y de sus jueces en las principales ciudades del mundo. De allí empezó a celebrarse cada 1° de mayo el “Día Internacional de los Trabajadores”, conmemorando exactamente el inicio de la huelga por las 8 horas y no su aberrante epílogo. Pero fue el sacrificio de los héroes de Chicago el que grabó a fuego en la conciencia obrera aquella fecha inolvidable.
LOS HECHOS
Luego del enfrentamiento de huelguistas y esquiroles frente a la fábrica McCormik, la tarde del 3 de mayo de 1886 se reunió en Chicago el grupo socialista de trabajadores alemanes “Lehr und Wehr Verein” (Asociación de Estudio y Lucha). Con asistencia de Engel y Fischer, se acordó convocar un mitin de protesta en la plaza Haymarket, para el día siguiente por la tarde (4 de mayo). Fischer se entrevistó con Spies el día 4 por la mañana, comprometiéndolo a hablar en aquel mitin.
Parsons no estaba en la ciudad. Se hallaba en Cincinnati. Llegó el día 4 en la mañana a Chicago y, sin saber de la concentración, queriendo ayudar a su esposa en la organización de las costureras, convocó a una reunión en las oficinas del diario “Arbeiter Zeitung”. Al mismo lugar llegaron Fielden y Schwab, donde Parsons se presentó con su esposa mexicana, Lucy González, dos de sus hijos y miss Holmes, del gremio de las costureras.
Schwab partió a un mitin en Deering, donde estuvo hasta las diez y media de la noche. En ese momento vinieron a buscar a Parsons, porque en la plaza de Haymarket faltaban oradores en inglés, y fue éste con toda su familia. Hablaron allí Spies, Parsons y Fielden, que debía cerrar la manifestación.
Mientras continuaba hablando Fielden, Parsons fue al cercano local Zept Hall para protegerse de la lluvia, que empezaba a caer. Allí se encontraba ya Fischer. En la tribuna seguían Fielden, que era el orador, y Spies, cuando de pronto (según el testimonio del apóstol cubano José Martí, entonces corresponsal de prensa en los Estados Unidos) “se vio descender sobre sus cabezas, caracoleando por el aire, un hilo rojo. Tiembla la tierra, húndese el proyectil cuatro pies en su seno; caen rugiendo, uno sobre otros, los soldados de las dos primeras líneas; los gritos de un moribundo desgarran el aire”.
Esa bomba lanzada por mano anónima fue seguida del fusilamiento de la multitud por la policía, dejando a 38 obreros muertos y 115 heridos y puso en difícil situación a los dirigentes. Se hallaron (en palabras de Martí) “acusados de haber compuesto y ayudado a lanzar, cuando no lanzado, la bomba del tamaño de una naranja que tendió por tierra las filas delanteras de los policías, dejó a uno muerto, causó después la muerte de seis más y abrió en otros 50 heridas graves...”.
En la redada policial que siguió a la masacre (más de 300 detenidos en un día), bajo estado de sitio, toque de queda y ocupación militar de los barrios obreros, fueron aprehendidos Spies, Schwab y Fischer, en las oficinas del “Arbeiter Zeitung”, esa misma noche. A Fielden, herido, lo sacaron de su casa. A Engel y Neebe, de sus casas también. Lingg fue apresado en su buhardilla, luego de enfrentarse a bofetadas con los policías que lo iban a detener. Le hallaron bombas. Parsons logró escapar, pero se presentó voluntariamente al Tribunal, al iniciarse el proceso, para compartir la suerte de sus compañeros.
EL PROCESO
El 17 de mayo de 1886 se reunió el Tribunal Especial, ante el cual comparecieron: August Spies, 31 años, periodista y director del “Arbeiter Zeitung”; Michael Schwab, 33 años, tipógrafo y encuadernador; Oscar W. Neebe, 36 años, vendedor, anarquista; Adolf Fischer, 30 años, periodista; Louis Lingg, 22 años, carpintero; George Engel, 50 años, tipógrafo y periodista; Samuel Fielden, 39 años, pastor metodista y obrero textil; Albert Parsons, 38 años, veterano de la guerra de secesión, ex candidato a la Presidencia de los Estados Unidos por los grupos socialistas, periodista; Rodolfo Schnaubelt, cuñado de Schwab, y los traidores William Selinger, Waller y Scharader, ex integrantes del movimiento obrero que testificaron en falso contra quienes llamaban “camaradas” y cuyo perjurio fue posteriormente comprobado, cuando ya sus declaraciones habían sido acogidas por el Tribunal y ahorcados cuatro de los acusados.
El 21 de junio de 1886 se procedió al examen de jurados entre 981 candidatos, ante el juez Joseph E. Gary, que debía seleccionar a 12 de ellos. 5 ó 6 obreros, que se presentaron como posibles jurados, fueron recusados por el ministerio público. Se admitió sólo a los individuos que daban garantías de sustentar prejuicios antisocialistas o antianarquistas, predispuestos con anticipación contra los detenidos, a quienes se acusó formalmente de “conspiración de homicidio”, por la muerte del policía Mathias Degan, alcanzado por la bomba, y por otros 69 cargos. 5 de los acusados habían nacido en Alemania y uno en Inglaterra, lo que estimulaba las acusaciones contra la “inspiración foránea” de la agitación obrera.
En realidad; siguiendo el testimonio de Martí, se los procesaba “por explicar en la prensa y en la tribuna las doctrinas cuya propaganda les permitía la ley. En Nueva York, entre tanto, los culpables en un caso de incitación directa a la rebeldía habían sido castigados ¡con doce meses de cárcel y 250 dólares de multa!”.
Nada se decía en la acusación de la huelga nacional por la jornada de 8 horas, y menos de las condiciones de vida que sufrían los obreros en los Estados Unidos. Los acusadores estaban obsesionados por “la conspiración de la dinamita”, y aseguraban que Schnaubelt (cuñado de Schwab) había arrojado la bomba en Haymarket, que Spies y Fischer le habían ayudado en esa tarea, que Lingg la habría fabricado y transportado hasta la plaza...
Después de 22 días de examen de candidatos, el Gran Jurado estuvo dispuesto para la vista de la causa. Entre tanto, el alguacil especial Henry Rice se jactaba ante sus amigos, como se supo posteriormente, de que él mismo se había encargado de prepararlo todo para que formasen parte del Jurado sólo hombres declaradamente adversos a los acusados y éstos no escaparan así de la horca.
El 15 de julio de 1886, el fiscal Grinnell, como representante del Estado de Illinois, empezó la acusación por los delitos de conspiración y asesinato de policías, prometiendo probar en el juicio quién había arrojado la bomba en la plaza Haymarket. Fundaba la acusación en que los procesados pertenecían a una “asociación secreta” que se proponía hacer la revolución social y destruir el orden establecido, empleando la dinamita para ello.
El 1º de mayo (según Grinnell) era el día señalado para iniciar la subversión, “pero causas imprevistas lo impidieron”. Así quedó aplazada, decía, para el 4 de mayo en la plaza de Haymarket. El plan revolucionario, dijo el fiscal, había sido preparado por August Spies, pero no sólo eso, también éste había encendido la mecha de la bomba, antes de que la lanzara Schnaubelt sobre los policías. Seguía el fiscal: “La vasta conspiración es obra de la Internacional. Los miembros de dicha asociación se dedican, unos a la propaganda, otros a la fabricación de bombas y otros a entrenar en el manejo de las armas a sus afiliados”.
Demostró Grinnell que todos los acusados eran anarquistas o socialistas, lo que ellos reconocieron de buen grado, pero no pudo probar su participación directa en el delito que les imputaba.
Los testigos utilizados por la acusación eran el capitán de Policía Bonfield, que ordenó disparar contra la multitud en Haymarket, y los ex anarquistas Waller, Schrader y Selinger, que declararon contra sus antiguos camaradas, pagados o coaccionados por la policía: Waller aseguraba que sí existió conspiración, pero se confundió ante las miradas de los que lo habían considerado un compañero, y entonces el fiscal interrogó a Schrader. Pero éste, “más cobarde que vil”, titubeó tanto, su declaración se hizo tan contradictoria y torpe, que el procurador del Estado gritó a la defensa: “Llevaos este testigo: no es nuestro, es vuestro”.
El testigo Gillmer dijo que vio a Schnaubelt (cuñado de Schwab) arrojar la bomba ayudado por Fischer y Spies, pero se probó que Fischer estaba en ese momento fuera de la plaza, en el Zept Hall, y Spies en la tribuna de oradores, y que Schnaubelt estaba en un sitio de la plaza distinto al lugar desde donde fue arrojada la bomba.
Para probar la existencia de una “conspiración”, el fiscal recurrió a la prensa anarquista, presentando fragmentos de artículos y reproducción de discursos de los procesados, muy anteriores a los sucesos materia de juicio. Las citas eran amañadas y absolutamente fuera de contexto, pero se leyeron de manera melodramática ante los jurados, y se exaltaron las pasiones de los mismos exhibiéndoles bombas reales, armas, dinamita y hasta uniformes ensangrentados de los policías heridos en Haymarket. Pero no se demostró judicialmente ninguna relación concreta entre la bomba arrojada allí y los procesados.
José Martí dijo expresamente en su crónica de los sucesos: “No se pudo probar que los ocho acusados del asesinato del policía Degan hubieran preparado ni encubierto siquiera una conspiración que rematase con su muerte. Los testigos fueron los policías mismos, y cuatro anarquistas comprados, uno de ellos confeso de perjurio. Lingg mismo, cuyas bombas eran semejantes, como se vio por el casquete, a la de Haymarket, estaba, según el proceso, lejos de la catástrofe. Parsons, contento de su discurso (ya pronunciado), contemplaba la multitud desde un lugar vecino. El perjuro fue quien dijo, y desdijo luego, que vio a Spies encender el fósforo con que se prendió la mecha de la bomba, que Ling "cargó con otro hasta un rincón cercano a la plaza en un baúl de cuero", que la tarde de los seis muertos en McCormik acordaron los anarquistas, a petición de Engel, armarse para resistir nuevos ataques. Que Spies estuvo un instante en el lugar en que se tomó el acuerdo. Que en su despacho había bombas, y en una u otra casa, "Manuales de guerra revolucionaria". Lo que sí se probó con plena prueba fue que, según todos los testigos adversos, el que arrojó la bomba era un desconocido”.
La defensa acusó al capitán Bonfield, a cargo de la Policía en Haymarket, de estar pagado por la “Citizens Association”, una “organización burguesa de conspiradores capitalistas”, que venía buscando el momento para descabezar el movimiento obrero en Chicago. Spies llegó a decir: “Somos acusados de conspiración por los verdaderos conspiradores y sus instrumentos... Si no se hubiera arrojado esa bomba, igual habría hoy centenares de viudas y de huérfanos... Bonfield, el hombre que haría avergonzar a los héroes de la noche de San Bartolomé, el ilustre Bonfield que habría prestado innegables servicios a Doré como modelo para los demonios de Dante, Bonfield era el hombre capaz de llevar a la práctica la conspiración de la "Citizens Association" de nuestros patricios”.

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